‘Godzilla Minus One’ – Una espectacular película que se convierte en una de las mejores del género

Al volver a escribir en este blog hice una pequeña lista de las películas de las que me gustaría hablar aquí. Justo esos días dio la casualidad de que un amigo me convenció para ver seguidas las dos últimas películas de Kong vs Godzilla, que acababan con el simio gigante llevando un brazo ortopédico y el lagarto radiactivo durmiendo en el Coliseo romano como si fuese la cama de un gato, y yo me pregunté cómo cojones habíamos llegado a ese punto, porque la idea original de ambas películas no podía ser más diferente.

Entonces se estrenó Godzilla Minus One, una cinta japonesa triunfadora en los Óscar y que ha sabido hacer competencia a la descomunal y agónica maquinaria cinematográfica estadounidese, y el resultado no podía ser mejor.

La película nos sitúa en el momento en que Godzilla vio la luz por primera vez, justo tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Seguimos a Koichi, un piloto kamikaze que no es capaz de cumplir con su misión, y que regresa a casa sumido en la vergüenza para encontrarla sumida en la destrucción de los bombardeos. Allí entaba amistad con Noriko, y acaban teniendo una extraña familia en la que él sigue acosado por los recuerdos de su fracaso, y de la visión de un lagarto gigante que devoró a sus compañeros durante la guerra.

Es entonces cuando Godzilla reaparece una vez más, armado con su aliento atómico y unos efectos especiales resultones para haber costado solamente… ¿Dieciséis millones de dólares? Un dato que debería hacer a muchos preguntarse por qué Hollywood se está gastando cantidades inmensas que no va a ser capaz de recuperar jamás cuando un equipo reducido de profesionales ha sido capaz de sacar un proyecto notable con un tercio del dinero que cobró Robert Downey Jr en Avengers. No se trata de un ejercicio de virtuosismo como el de George Miller en Furiosa, sino de un trabajo bien hecho, que cumple con lo que ofrece y, al mismo tiempo, comprometido con la historia que nos cuenta.

Por muy espectacular que sea la película, la destrucción tiene sentido al mostrarnos un Japón que ha renacido rápidamente de sus cenizas y que mira al futuro, con unos personajes que viven las consecuencias de la guerra y con los que empatizas rápidamente. Sus actuaciones son típicas del cine asiático, llenas de reverencias, gritos y ademanes exagerados, pero no molestos. Lo interesante sobre todo es el mensaje acerca de cómo Japón parecía girar en torno a la idea del sacrificio y la muerte, optando por primera vez por ver la esperanza y preocuparse de vivir. Un planteamiento muy interesante en este tipo de cine, donde siempre nos centramos en la venganza y la destrucción, pero pocas veces en el optimismo y el deseo de un mañana mejor. Esto es precisamente lo mejor de Godzilla Minus One, que ya puede verse en streaming y que os recomiendo para dar un alto a cierto tipo de cine espectáculo que hace mucho tiempo que perdió el interés, y centrarnos en una película que merece la pena ver cuanto antes.

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