La nueva versión de Carrie podría estar protagonizada por una actriz transgénero

Carrie fue la primera novela publicada por Stephen King, y también una de las más famosas. Se basa en una idea muy simple: la de una chica que, al comienzo de su pubertad, descubre que tiene poderes telequinéticos. Eso le lleva a vengarse de todas las personas en su instituto y pueblo que le han hecho la vida imposible, incluyendo su beata madre.

Sissy Spacek y John Travolta protagonizaron la primera adaptación al cine allá en la década de los setenta, y Chloe Moretz se encargó de un remake con más efectos especiales, pero menos originalidad. La tercera entrega, quizá en forma de serie para FX, tiene una idea para un nuevo giro de guión, y consiste en que quizá, quien interprete a Carrie White sea una actriz negra o incluso, transgénero. A estas alturas, nos encontramos en un punto extraño en el que no sabemos si ciertas decisiones de casting y artísticas se toman por fomentar la inclusividad, y cuáles son una especie de queerbaiting descarado. En este caso, una actriz transgénero nos llevaría a la desagradable conversación que está teniendo lugar en Twitter últimamente, y donde J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, se ha mostrado como una persona transfoba, o no, dependiendo de a quién leas. Lo que sí es cierto es que Carrie descubre sus poderes tras su primera menstruación, algo que ella no esperaba debido a su evangélica educación.

Por tanto, una persona transgénero quizá no podría pasar por ese crucial momento de la historia, pero al mismo tiempo, si el guión estuviese a la altura, el paso de un género a otro podría ser el origen de una crisis de identidad igual de importante que la famosa escena de las duchas. Aunque la sangre, debo añadir, es un elemento fundamental para Carrie.