Superhéroes para curar a niños con cáncer

El cáncer es una de las peores enfermedades del mundo, y no hay quien menos se lo merezca que un niño. Es por eso que cada poco salen noticias de cómo los empleados de hospitales infantiles intentan hacer más fácil la vida de los que están ingresados, y esta me ha parecido bastante curiosa. Un hospital de Brasil ha llegado un acuerdo con la Warner, propietaria de los derechos de imagen de muchos superhéroes para remodelar el ala infantil con motivos relacionados con La Liga de La Justicia para adornar las sesiones de quimioterapia, diciéndoles a los niños que los frascos contienen una «superfórmula» para hacerles más fuertes. Juegaterapia, la iniciativa española que distribuye videoconsolas para hacerles más llevaderos los tratamientos, están ya intentando traer las fundas a España. Un pequeño detalle que hace que recordemos que toda enfermedad lleva consigo un desgaste mental y que no hay que olvidar jamás que tratamos con personas, no «pacientes».

‘Juegaterapia.org’- Videojuegos contra el cáncer

El pasado Viernes día 4 de Febrero se celebró el Día Mundial contra el Cáncer, una enfermedad que a día de hoy está entre las mayores preocupaciones de la sociedad debido a su gravedad y a que no parece haber seguro totalmente eficaz contra ella. Aunque una vida saludable es quizá lo mejor que podamos hacer por cuidarnos a nosotros mismos, existen personas que sin ninguna razón aparente la sufren y tienen que someterse a largos y desagradables tratamientos que dejan el cuerpo machacado y débil, por lo que en esas situaciones siempre se necesita algo o a alguien que nos ayude a seguir adelante y a sobrellevar lo mejor posible el mal trago de la quimioterapia.

Y si ya es doloroso para un adulto, pensemos por un momento en la cantidad de niños y niñas con cáncer que hay repartidos por los hospitales, ya que cada año se diagnostican casi mil casos de cáncer infantil, algo que no sólo afecta a los propios pacientes, sino también a sus familias. Los niños deben pasar horas aislados en sus habitaciones, a la espera de una nueva sesión que puede convertirse, os lo aseguro, en una auténtica pesadilla.