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Recordando algunas escenas antológicas: ‘Anatomía de un asesinato’-Es usted un abogado muy gracioso-
Publicado por Harry Powell en Recordando algunas escenas antológicas el 6 noviembre, 2013
Qué grande era Otto Preminger, ese aristócrata menestral y artesano, docto en el séptimo arte más teatral, curtido entre Vorágines, Zarinas, Ángeles, Cardenales y Diablos varios.. Y un valiente capaz de tales proezas no podía-ni debía- amedrentarse al sentirse apuntado por esos misiles tierra-aire que tenía Lee Remick por pechos. Y no lo hizo, aunque nadie le hubiese juzgado por ello, y mucho menos yo, que después de revisar por enésima vez ‘Anatomía de un asesinato’ me siento como la primera vez que la vi, igual que un tembloroso seminarista adolescente y con acné hojeando su primer Playbo…… estoooo….Biblia….quería decir, perdón. Tampoco puedo culpar al buenazo de James Stewart por sudar la gota gorda ante semejante bellezón, ni culpo al pobre perrito por atiborrarse de cerveza. ¡¡Qué narices!! Al perro que le den, ya quisiera yo sentirme aprisionado, día sí día también, entre tan mullidas, cálidas y suaves almohadas; Felicibus brevis, miseris hora longa.
Recordando escenas antológicas: El bofetón más famoso de la historia (Gilda)
Publicado por Snake en Recordando algunas escenas antológicas el 3 diciembre, 2011
Una de las actrices más bellas de la historia respondía al nombre de Rita Hayworth, y fué ella la que protagonizó una de las escenas más famosas del celuloide en la película Gilda. Por una parte cantando y bailando la canción Put Blame On Mame, por la otra desprendiendo sensualidad simplemente quitándose un guante de color negro que hacía juego con su vestido y finalmente por recibir una bofetada del actor Glen Ford, el cual dejaría en pañales a Bud Spencer en esa serie de películas que protagonizaba con Terence Hill. Una grandísima película que tiene que ser visionada ya o YA.
Recordando algunas escenas antológicas: Me encanta el olor a Napalm por la mañana
Publicado por Carlos Martín en Recordando algunas escenas antológicas el 23 julio, 2011
Creo que ‘Apocalipsis Now’ es una de las mejores y más espectaculares películas que he visto. No he visto todo el cine que me gustaría, pero intento compensarlo cada día, y aún así, la forma en la que está grabada y montada la obra maestra de Francis Ford Coppola me parece impresionante. No se nota el cartón piedra por ninguna parte (posiblemente porque no hay) y aunque tendrá sus fallos de montaje, todo parece muy real. Escenas como la que vamos a recordar hoy realmente parecen grabadas, a modo de documental, en algún campo de batalla. Y al margen de eso, el personaje que dice esta frase, una de las más famosas y parodiadas de la historia del cine es francamente peculiar, exagerado y casi de caricatura, pero que no rechina en una película que se torna cada vez más serie y oscura. Su obsesión por el surf se hace patente en un escenario rodeado de explosiones y morteros, y como el buen cine antiguo, incluso un actor que sólo va a salir diez minutos en una película de tres horas borda el papel. Maravilloso Robert Duvall. Espero poder hacer pronto una reseña sobre esta película.
Recordando algunas escenas antológicas: Los créditos iniciales de «Watchmen»
Publicado por Carlos Martín en Recordando algunas escenas antológicas el 23 abril, 2011
Siempre he pensado que una mentira queda mucho mejor entre dos verdades, de ahí que me encanten las películas y los libros que juegan un poco con hechos reales y ficticios. Al jugar con la historia y personajes reales, la trama ficticia suele tener mayor consistencia, y me encanta ver hasta dónde se consigue encajar lo que el autor ha creado con algo que ya existía previamente. En esa categoría nos encontramos con los créditos iniciales de Watchmen, la película basada en el cómic del excéntrico Alan Moore, un hombre que se enfadó con la industria del cine cuando sus primeras adaptaciones le resultaron decepcionantes. Algunos cineastas le criticaron después el hecho de poner la mano para recoger el dinero, pero desentenderse y atacar cualquier película basada en sus obras, pero esa no es la cuestión.
El vídeo, de unos cinco minutos de duración, recoge la evolución desde los primeros superhéroes hasta la consagración del grupo protagonista de la película, usando como telón de fondo la historia reciente del mundo entero. Hay muchos detalles reconocibles y bien hechos, como el ataque a Hiroshima a mandos del Enola Gay, el famoso beso que inmortalizaba el fin de la segunda guerra mundial, el asesinato de Kennedy (con una precisión escalofriante), el monje que se quemó vivo para llamar la atención sobre la guerra de Vietnam, el alzamiento de Fidel Castro, las protestas de los jóvenes estudiantes contra el papel de Richard Nixon en la misma guerra y sus dramáticas consecuencias, Andy Warhol, Neil Armstrong, Estudio 54 y la ficticia reelección de Richard Nixon (que dimitió de su cargo en la vida real), crean un primer bloque de la película acompañado de la música de Bob Dylan en la canción «The Times They Are a-Changin».
Recordando algunas escenas antológicas: “¡No se acabó, no señor!” John Rambo y su visión de Vietnam
Publicado por Carlos Martín en Recordando algunas escenas antológicas el 30 julio, 2010
Hace tan sólo unos días Snake habló de esta película, pero soy un confeso admirador de un hombre de cine como lo es Sylvester Stallone y no puedo reprimir mis ganas de recordar este fragmento en particular de ‘Acorralado’, la excelente película basada en la novela de David Morrell y que tiene como protagonista al soldado John Rambo.
La historia de “Johnny” comienza cuando, tras regresar de la guerra de Vietnam, es tratado con dureza por un sheriff local que critica su aspecto, su pelo y sus modales, y que decide encerrarle en un calabozo donde los tratos vejatorios desatarán a la bestia que lleva dentro. La siguiente hora de metraje es una lucha de supervivencia en las motañas donde vemos que Rambo no es simplemente un soldado cabreado, sino “un hombre experto en la lucha de guerrillas. Ese hombre es excepcional… con armas de fuego, con el cuchillo, ¡con sus propias manos! Un hombre que está entrenado para ignorar el dolor, las condiciones climatológicas… vivir de lo que da la tierra… comer cosas que harían vomitar a una cabra. En Vietnam la misión de mis hombres era eliminar a ciertos enemigos. ¡Matar! ¡PUNTO! Matar o morir… y Rambo era el mejor.”
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