Como comentaba hace unos días, Arkham Asylum fue el comienzo de una trilogía de videojuegos centrados en Batman que demostraron el nivel de perfección y espectacularidad a la que podrían llegar las consolas sin ponerse en el camino de la diversión. Muchas otras sagas, como Metal Gear sin ir más lejos, parecen sacrificar el entretenimiento y la jugabilidad en un esfuerzo por ser lo más pretenciosos posible. Pero antes de que me critiquéis por no poder disfrutar con Solid Snake, os diré que es mi opinión personal. En el caso de Batman, Rocksteady construyó un mundo muy interesante con unas pocas pinceladas que podía ser ampliado en las secuelas, como este Arkham City.
El juego comienza con Bruce Wayne, el famoso multimillonario, detenido y enviado a la gigantesca prisión de Arkham City, una parte de la ciudad de Gotham completamente cercada y donde los peores criminales han sido enviados tras el incidente con el manicomio. El juego anterior finalizaba con una pelea contra un Joker gigante que se había inoculado una poderosa droga llamada Titan, y aquí continúan directamente esa historia contándonos cómo todos los maleantes de la ciudad comentan entre ellos que el payaso del crimen se encuentra muy enfermo y secuestrando todo tipo de médicos que le ayuden a curarse. Pero ese es el menor de los problemas para Wayne, que ha sido enviado sin juicio alguno a esa horrible prisión por culpa de Hugo Strange, responsable del penal. Así que una vez se haya puesto el traje negro, tendremos la oportunidad de ir saltando por los edificios y tener un mundo mucho más abierto que el anterior, con una porción de una gigantesca urbe para nosotros solos.
Lógicamente Batman no puede salir de Gotham, y como es un videojuego, hay en un momento en el que el mapa se acaba. La excusa de una prisión amurallada puede resultarnos algo repetitiva, pero en esta ocasión el mapa es el de un buen Grand Theft Auto en el que podemos entrar y salir de todos los edificios, además de movernos por azoteas, fábricas, hospitales, comisarías de policía y museos. Tenemos una historia central, que es la del Joker y su supuesta enfermedad, pero también volvemos a toparnos con otros muchos villanos, que ayudan a crear una atmósfera muy similar a la que sentiría el auténtico Batman, haciendo además que varios de ellos se entrecrucen.
La historia es laa mejor que ha tenido ningún videojuego del personaje de DC Cómics hasta la llegada de su secuela en 2015, y de la que ya hablaré a lo largo de esta semana. Aquí vemos todos los aspectos de un buen cómic de Batman y las personalidades de todos los villanos, incluyendo al Pingüino o Mister Freeze. Este último es el que menos sale en los juegos, y aunque sus partes son interesantes, lo mejor es la aparición de Ra’s Al Ghul, el líder de la Liga de las Sombras y suegro de Bruce Wayne. Una vez más existen las fases en las que abandonamos el realismo por escenas muy oníricas que exploran la psicología de Batman, con villanos hechos de barro o androides steampunk que le dan algo de variedad al juego. Y mientras tanto, el Joker, que parece enfermo a causa del Titan, inyecta su sangre a Batman para obligarle a encontrar así una cura para los dos. El dilema de Batman es si dejar que los dos mueran o incluso, si sería capaz de salvarle la vida a su mayor enemigo, pues todos sabemos que Batman jamás mata a sus oponentes.
Mientras que la historia de Hugo Strange y todo lo concerniente a la prisión sirve para hacer avanzar el juego, es la interación entre los personajes la que le hace destacar. Podemos echar un vistazo a la relación del Joker con su novia Harley convirtiéndole a él en un maltratador de manual y a ella en la típica chica que está atrapada en una dinámica abusiva en la que ensalza a un hombre que lo único que hace es anularla. Y aun así, Harley es la primera defensora de Mister J.
Este juego es sensiblemente inferior al Asylum, pero cuenta con una mezcla muchísimo más conseguida de humor y violencia, dándonos la oportunidad de diseñar nuestra aventura eligiendo nuestros objetivos e incluso dejándolos sin completar, si bien perderíamos muchas de las sorpresas del juego. Es un avance en tamaño y ambición, y obviamente hay muchas cosas que pueden ser mejorables, como lo es que siempre tengan la manía de cambiar los controles de sitio en cada entrega, lo que es horrible cuando ya te has hecho a los de la entrega anterior. Pero aun así me costaría mucho encontrar algún defecto a este juego, que no sea que el otro era tan entretenido y se pasaba mucho más rápido que podríamos pretender que es mejor. Además, a su favor cuenta que rompa una regla primordial de los cómics, y es que se decidan a matar a uno de los personajes más importantes de su franquicia, porque todos sabemos que en las series largas, nadie muere si puede aparecer en una secuela.
Aquí, con un Joker moribundo que además asesina a Talia Al Ghul, la “novia” de Batman, tenemos la oportunidad de ver si nuestro protagonista seguiría siendo tan íntegro como para ofrecerle la cura a un hombre así. Y lo peor de todo, afirma Batman, es que sí. Sin embargo no puede hacer por nada y el Joker muere entre sus brazos. Si os molesta que reviente el final, os recuerdo que el juego es de 2011 y que ya en el propio juego aparecen varios Jokers falsos. Así que queda en el aire si Rockstar es realmente tan valiente como para hacer una continuación de Batman sin su mayor némesis…