Es sólo una película

starwars

Dicen que la profesión de crítico de cine empezó cuando un director estrenó su segunda película, sólo para poder así decir que era mucho mejor la primera. Ahora, diez días después del estreno de Star Wars: The Force Awakens, la discusión sobre su contenido no ha hecho sino aumentar hasta alcanzar el punto crítico con una pseudocrítica publicada en la revista Jot Down, que fiel a su estilo no dejaba una piedra sin remover a la hora de analizar la que posiblemente sea la mayor película de todos los tiempos. Los últimos días han sido una pelea constante en Twitter y en ese extraño mundo real sobre quién tiene más razón, quién es más fan de la saga y quién es el primero en identificar la nueva cinta como remake encubierto. Yo ya he hecho mi trabajo. He publicado pósters, tráilers, spots y una crítica sin spoilers para no chafar a la gente las sorpresas de la peli, y además hice un especial en profundidad donde la destripé, espero, de la forma más objetiva posible. Y sin embargo, lo que he visto me ha hecho sentarme a escribir un artículo más, sólo uno, que quiero que leáis. Para mí, es importante.

Habrá spoilers.

Sin título

Llevo en este blog seis años y medio, y desde entonces he hablado sobre muchas cosas. He pasado, y el blog también, por distintas fases mientras buscaba la mejor forma de hablar de algo que me apasionaba: Sentarme y ver películas. Y es muy probable que mi interés por el cine empezase con Star Wars. Aun así, siempre he intentado huir de fanatismos y abarcar todo lo que podía, incluso cuando a veces era evidente que iba a acabar de los nervios. En este tiempo he buscado la rentabilidad de mi tiempo y publicar cosas sobre todo tipo de cine, tanto moderno como antiguo, tanto noticias como curiosidades, pero no siempre he podido hacer lo que quería. Os confieso que tengo una libreta donde hay apuntadas al menos veinte reseñas pendientes entre las que figuran El Mago de Oz, Los Siete Samuráis, Fanático, Lo que el viento se llevó, Capricornio 1 y hasta un especial sobre el cine porno. La razón por la que no he podido sacar todas estas cosas aún es evidente: sólo tengo dos manos y hay películas que te ocupan más tiempo que otras. Eso sin contar con que al margen del blog he estado colaborando en tres revistas y hasta he sacado un libro.

Buscando siempre la forma de mejorar, he curioseado muchos blogs e intentado aprender de ellos. Algunos persisten, otros no. He intentado ver cómo conseguían visitas, accedían a material promocional y aprendían a diseccionar no sólo películas, sino cualquier tipo de arte. Lo hice porque quería aprender a escribir, y quería hacerlo escribiendo, y desde hace años un blog es la forma más rápida y directa de ponerte en contacto con el público. Siete mil doscientos post después, este blog está encontrando estabilidad pero perdiendo visitas, adaptándose a los contenidos de los dos únicos autores que persisten. Y en todo este tiempo no hemos recibido ni un solo ingreso por lo que hacemos aquí, ni siquiera para comprar una hamburguesa. Otros sitios sí me han dado dinero, pero este, el diario, la bestia siempre hambrienta que ha pasado de actualizarse tres veces al día (máximo) a cinco o casi nueve, sigue siendo igual de rentable para mí que antes. Cero. Hace años nos negamos a meter publicidad porque pensamos que era mejor que las pocas personas que se pasasen por aquí tuviesen un sitio limpio de banners publicitarios sobre casinos online y novias rusas que podían hacer el amor como una estrella del porno.

Aquí no hay intermediarios, soy yo contra el público, y la estructura propia de un blog proporciona un feedback con los lectores. Muchas veces bueno, pero en ocasiones desagradable. Mientras buscaba ni propia voz y estilo he publicado tantas cosas que sigo recibiendo quejas en artículos pasados sobre el final de Perdidos o una reseña sobre una peli de Tarantino. Lo que intento decir es que es fácil dar tu opinión, ya sea como redactor o como visitante. Y lo es muchísimo más desde una cuenta de Twitter.

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Por aquí han pasado muchas películas y espero que lo hagan bastantes más, tengo una fecha de cierre definitiva para este blog, pero no es algo que vaya a llegar en 2016, aún tenemos cuerda para rato. Es como una adicción. He intentado dejarlo en varias ocasiones pero esta bestia sigue llamando e insistiendo en que publique en ella, lo llene de contenido, y me ayude a aprender a escribir de la única forma que puede hacerse. Pero eso no quita que poco a poco, acabes saturándote de información cinematográfica. Ahora cada vez miro menos blogs y páginas, y el blog ya no debe actualizarse de forma diaria. Debe hacerlo de forma constante. El cine, el producto que aquí manejamos, a mayor nivel que los videojuegos, las series o la música (repito: sólo dos manos) está continuamente lanzando cosas y hay mucha gente que se dedica a esto, algunos de forma mucho más profesional que la nuestra y con dinero de por medio.

Internet nos ha dado voz y la capacidad de lanzar al mundo nuestra opinión en sólo ciento cuarenta caracteres. Nos han metido a todos en una misma sala y nos hemos puesto a hablar a la vez. Ganamos seguidores, visitas y algunos, dinero con ello. Y esto se convierte en una necesidad constante de llamar la atención en un mundo que sólo es civilizado hasta que el anonimato nos permite decirle cuatro cosas al guionista de Lost por jodernos toda nuestra aventura. Así es como nacieron los críticos con ansias de protagonismo, lo que en internet se conoce como Destroyers. Personas que ensalzan lo que les gusta a un nivel sacrosanto y que en el caso contrario, no sólo lo critican. Lo destruyen, lo aplastan mientras dejan claro muy alto a todos que lo que a ellos les desagrada no se merece ni siquiera intentar ocupar un espacio en su mundo. Son divertidos de ver y algunos, como Carlos Boyero, hacen de su trabajo un espectáculo más por ver si algo le ha gustado o no que por el trabajo que están analizando. Porque a la hora de la verdad, eso es todo lo que hacemos, comentar cosas que otros han hecho. Aparecieron decenas de aspirantes a Boyero, alguno de los cuales ha pasado por aquí escribiendo cosas que es mejor que permanezcan en el olvido. Venían dando guerra, con una camiseta de “Han shoot first” y todos los apéndices de El Señor de los Anillos. Ellos no son tan fáciles de seducir con tu capitalismo, son un público muy exigente que se va a sentar a destripar tu último atrevimiento, y a comentarlo online antes incluso de que salieran de la sala de cine.

Como bien decían en La Red Social, son personas que van a pasar toda su vida pensando que la gente no los soporta porque son unos frikis y tienen gustos diferentes a los demás. Y no es cierto, será porque son unos gilipollas. Gran parte del artículo de Simon Pegg que publiqué hace un rato nos contaba cómo la gente continuaba con sus pasiones infantiles, como los juguetes, las películas de Star Wars y la nostalgia como un vehículo de protección. Podíamos vivir siempre en ese universo tan familiar que considerábamos nuestro. Y como todos los que me conocen están cansados de escuchar, me interesa mucho la cultura pop porque llega un momento en que Superman deja de ser un cómic para niños para convertirse en un icono mundial y en la infancia de muchos. El último hijo de Krypton tiene ya ochenta años. Es mayor que mi abuelo. Ya no es entretenimiento sino cultura.
Con Star Wars está ocurriendo lo mismo con motivo del estreno de The Force Awakens. Lo hace por primera vez en la era internet y con un público receloso de las invenciones de Lucas, a quien en algún documental le acusan, cómo no, de “violar nuestra infancia”. A pesar de que yo he dedicado treinta folios (seguramente más) a analizar cada película hasta el tuétano, siempre he recalcado que al final, se trataba de un entretenimiento ligero. Simon Pegg aclara lo que significó el primer blockbuster espacial para el pueblo norteamericano en una época donde no había un esquema claro de buenos y malos, ni tampoco nada tan divertidamente sano como las aventuras de Luke Skywalker y su mirada frustrada hacia el atardecer de los dos soles. Pero es algo más para nosotros. Son nuestros juguetes, nuestros VHS a la hora de la siesta, nuestro George Lucas con capa que no dejaba de joder “nuestras” películas con ediciones especiales. Y queremos hacérselo saber. Porque ahora eso ya no le pertenece a él. Es de nuestra propiedad.

Star Wars era también una fantasía adolescente masculina. Había princesas, sí, y eran más resueltas que todas las heroínas pulp de escote generoso. Pero aun así, las chicas siempre han estado consideradas un público de segunda categoría. No voy a entrar en el debate sobre el sexismo del bikini, porque eso es otra cosa. Lo que intento dejar claro es que hasta hace muy poco, una parte importante de las personas que se encargaban de comercializar esas películas pensaban que a las chicas no le interesaban las naves espaciales. Es más, voy a añadir que cuando yo era niño y hablaba de Han Solo, los demás niños de mi colegio pensaban que yo era idiota. Ahora todos hacen cola en el cine para ver el Episodio VII con camisetas del Primark con la cara de Darth Vader. Pero ahora, el feminismo va cogiendo fuerza y algunos, no todos, empiezan a darse cuenta de que hemos sido tremendamente injustos con parte de nuestros fans. Las chicas aman Star Wars y Marvel. Puedo asegurároslo. Ellas son las que más comentan y escriben en internet, y dialogan en persona sobre la implicación moral y personal del Soldado de Invierno en la Civil War. Si yo fuera el tipo encargado de vender el merchandising, no sé, me centraría en esos suculentos clientes. Pero no. Rey, la auténtica protagonista de The Force Awakens, no tiene apenas merchandising centrado en ella, como tampoco la Viuda Negra de Los Vengadores. Estamos convencidos de que a las chicas no les gustan esas cosas, que son enteramente nuestras y que cuando por fin alguien decide poner a Daisy Ridley en el póster, lo hace movido por una “cuota” (como dicen en Jot Down), o por algún tipo de conspiración feminista pensada para darle dinero a mujeres que odian a los hombres. Y esos mismos fans, los devoradores de tweets y timelines, se escandalizan cuando encima ven que uno de los stormtroopers es además un negro. No se han parado a pensar que a lo mejor hay personas negras y hasta musulmanas que han disfrutado con Star Wars, y por qué no, le gustaría verse a sí mismos en la piel de sus héroes y villanos. Es lo que se llama representación. Quieren poder conectar emocionalmente con esos personajes.

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Pero no. Los chicos blancos a los que nadie odia se sienten amenazados por lo que ven. Así que se inventan hastags para boicotear la película antes de que salga, ocupándose además de distribuir spoilers lo más gráficamente posibles para evitar que esas personas que no tienen ningún respeto por sus cosas se lucren con ello. Odian a Disney por estropear su película infantil favorita, y están convencidos de que ni J.J. Abrams ni Lawrence Kasdan tienen ni puta idea de lo que hacen. Como si su trabajo durante los últimos tres años no hubiese sido pensar en nada que no fuera Star Wars. Y sí, The Force Awakens tiene mucho de remake encubierto, pero es cómo funciona el cine, y podéis acceder a todo tipo de guiones que fueron rechazados porque no hubiesen funcionado. Como dice Pegg, lo que nos gusta ahora es mainstream, pero al hacerlo ha sido monetizado para conseguir una mayor rentabilidad, y entonces, lo que a nosotros nos marcó no es necesariamente lo más importante.

Y al final, se trata solamente de una película, o un libro, o un disco, o un artista en concreto. Podemos discrepar, analizar y comentar todo lo que queramos, y hasta enfadarnos, si queréis. Pero creer que intentos de compensar a grupos demográficos décadas de silencio poniendo a un stormtrooper negro corresponde a una agenda política es insultante. Y son personas a las que en el fondo les importan poco la Estrella de la Muerte o la identidad de Kylo Ren. Sólo utilizan sus cuentas y teclados como amplificadores de sus ideas misóginas y racistas, muy mal disimuladas.
No hay nada malo en escribir una mala crítica. Maldita sea, es Star Wars, todos tenemos mucho bagaje emocional ahí dentro. Pero no estaría mal recordar que se trata de películas infantiles destinadas no sólo a vender muñecos, sino a hacernos pasar un buen rato, y que está siendo el centro de todas discusiones políticas, raciales y hasta sexuales. Todos quieren tener razón y de paso, dejar muy claro que ellos hubiesen podido hacer una película cien veces mejor si hubiesen seguido los cómics, pero todos sabemos que Hollywood sólo es una máquina comercial, y qué se le va a hacer si esa gente prefiere quedarse con el entretenimiento tan poco sutil sin querer apreciar el arte y ensayo del Episodio IV.

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Jot Down empezó como una publicación donde apostaban por la profundidad y el análisis serio de la sociedad. Y algunos de sus artículos me gustaron, como también lo hicieron centenares de otros blogs. Pero pronto se erigieron como representantes de la cordura, el baluarte cultural donde las películas aún eran en blanco y negro, los detectives fumaban y las femme fatales nos llevaban a todos por el camino de la amargura. Qué cojones, sólo les falta tomarse un tequila a palo seco mientras menean la cabeza y se lamentan por cómo de mal está el mundo, con mujeres que quieren ser más fuertes que los hombres y negros que hasta se creen héroes de películas de ciencia ficción. Este pensamiento clasicista también es engañoso, porque son los mayores trolls de la historia. Saben todo lo anterior, y también ganan dinero con cada visita. Necesitan mantener el tráfico abierto, y la mejor forma de hacerlo es criticando a saco todo lo que pillen, de la forma más dura y desagradable. Llamando “ese actor negro” a John Boyega para dejar claro que ahí hay algo raro, más incluso que el almirante Ackbar, esa sepia naranja con dotes estratégicas. Quejándonos de que no hay nada sagrado, de que todo ya lo habíamos visto, y de que si has disfrutado con ello, es que eres gilipollas. Lo hacen porque saben que eso genera una respuesta emocional muchísimo más grande que un artículo bien documentado y estructurado. Es la razón por la que en España tenemos Telecinco en vez de la BBC. Te provocan, se suben el ego con los haters, aumentan las visitas y se lucran de tu reacción y tus ganas de decirles que gilipollas serán ellos. Todo esto mientras comentan cada poco tiempo las carencias del mundo actual donde los que iban de modernillos consideraron Lost una obra maestra cuando en realidad, mañana pueden sacarte otro post dejando claro lo que opinan de ella. Porque ellos son mucho más inteligentes que tú. Son los cuñados definitivos. Y saben que Han Solo disparó primero.

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  1. #1 por sara7k12 el 26 diciembre, 2015 - 13:17

    He leído cosas esta última semana… Ese artículo en Jot Down, con sus comentarios abajo apoyándolo, ha sido la gota que colma el vaso. Por esta semana, y un poco también por estos últimos meses, he llegado a un punto de mi vida en que a partir de ahora me paso por el forro cualquier crítica desquiciada subjetiva. Al igual que cualquier comentario racista, homófobo o misógino, en pleno siglo XXI. Absolutamente vergonzoso ese movimiento anti feminista, cada vez que leo feminazi se me revuelve el estómago. Sólo por pedir más representación femenina en el cine… Joder, que somos la mitad de la población en el planeta, pero en el cine estamos catalogadas como minoría. Y si se te ocurre quejarte, un «feminazi» que te llevas. Muy triste.
    En fin, estas cosas me hacen enfadarme con la humanidad y querer irme a vivir sola a una cueva para no tener que escuchar o leer a semejantes personajes. Nadie me va a llamar gilipollas por emocionarme con una película, ni por llorar con mi escena favorita, por mucho que esa película les parezca indigna a estos elitistas del cine. A partir de ahora me voy a limitar a disfrutar con lo que me gusta, y voy a pasar completamente de cualquier «super entendido super intelectual» que busca hacer sangre.
    Da gusto leer artículos como este, donde se nota objetividad y no se insulta a nadie. Pero cada vez hay menos cosas como esta, y cómo has dicho, más cuñados por ahí.

  2. #2 por Vini el 26 diciembre, 2015 - 13:31

    Gran post. Muy interesante. Una pregunta. Cual es tu libro. Me gustaría compararlo. Un saludo. Feliz navidad.

    • #3 por Carlos Martín el 26 diciembre, 2015 - 19:33

      A ti te lo envío en pdf por mail 🙂

      • #4 por Vini el 26 diciembre, 2015 - 20:52

        Uyyy, muchísimas gracias. Me hace mucha ilusión. Aun así, comprare el libro. Gracias. Un saludo.

  3. #5 por gontzal el 26 diciembre, 2015 - 16:57

    Completamente de acuerdo contigo. Yo tambien estoy cansado de «cuñados». Sobre la peli, la he visto y tiene cosas que me gustaron y cosas que no, pero la disfrute de principio a fin, y mis hijos tambien…
    Gracias por el blog.

  4. #6 por OVER el 27 diciembre, 2015 - 01:25

    Me alegra que alguien mas se sienta mal por ese articulo de Jot Down, una pagina que yo consideraba seria y con un humor negro, incluso los foristas se ponen en plan de culturetas incapaces de cagar hediondo, aparece esto en donde el autor drena muchas opiniones misoginas, racistas e irrespetuosas con la única intención de que cientos de personas le respondan en consecuencia con el articulo.
    Por eso soy asiduo únicamente a dos paginas de cine que considero que me tratan con respeto como lector y como forista: Tierra de Cinefagos y Las Horas Perdidas. Paginas que en mi opinión son manejadas por seres humanos apasionados por el cine y no por sujetos que quieren tener como profesión ser críticos.
    Mi sentimiento hacia la nueva Star Wars es de entusiasmo. Yo no soy un consumidor de merchandising soy un consumidor de sensaciones en la sala de cine, es por eso que esos juguetes inanimados llamados precuelas me parecieron malas. Aunque la nueva Star Wars es un remake velado me emociono como el espectáculo que es, no podia pedir nada mas.

    PD: Aunque cometa el error de no comentar mas a menudo diariamente paso por esta pagina y creo que no soy el único y muy triste me has dejado con lo de la sentencia de muerte de esta pagina. Feliz Navidad.

    • #7 por Carlos Martín el 27 diciembre, 2015 - 01:36

      Al blog aún le quedan dos años, mínimo. 🙂

      • #8 por OVER el 27 diciembre, 2015 - 01:49

        A mi no me importarían los pop-up de rusas ofreciendo mamadas si es para la supervivencia de la pagina

  5. #9 por Omar el 30 diciembre, 2015 - 17:00

    Es la primera vez que leo tu Blog, Carlos, y debo admitir que quedé sorprendido de lo bien que capturas el sentido de «criticonear» de los sitios web y cuentas de Twitter modernas. Y como estableces, ya no se critica por amor al séptimo arte, sino para hacer extremistas tus opiniones.

    Saludos y sigue con tu Blog, ya tienes nuevo seguidor ✌

    • #10 por Carlos Martín el 30 diciembre, 2015 - 19:39

      Gracias por pasarte!! 🙂

  6. #11 por masajistas eroticas el 29 enero, 2016 - 14:01

    Yo disfruté muchísimo la película.

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