Hace año y medio hice un especial sobre toda la saga Star Wars, finalizando con la certeza de que dentro de poco ya tendríamos la oportunidad de regresar a los caballeros Jedi cuando Disney estrenase el famoso Episodio VII. Bien, el momento ha llegado, y tras una pequeña reseña sin spoilers que publiqué el viernes pasado, vamos a entrar en materia comentando la cinta en profundidad de la misma forma que hice con las otras y, por supuesto, llenando este texto de SPOILERS. Así que si no la has visto te recomiendo que dejes este texto a un lado y vuelvas a él cuando salgas del cine y la hayas digerido. Puedo esperar.
Desde que empecé en este blog me he asegurado de explicar las cosas de la forma más clara posible, de modo que cualquiera que no haya visto las películas de las que estamos hablando, sea capaz de entenderlo a la perfección. Esto hace que a veces mis textos parezcan demasiado reiterativos o comenten cosas que todos sabemos, pero creo que ayudan a hacernos una mejor imagen del tema. Es por eso que una vez más debo empezar explicando que la trilogía original de George Lucas llevaba los números romanos IV, V y VI, lo que nos daba a entender que estábamos en una historia por capítulos que habíamos empezado por la mitad. No es cierto que Lucas tuviera un gran esquema para varias secuelas, eso es algo que los fans (y él mismo) han ido tergiversando durante años, pero sí es cierto que dejaba espacio para los episodios I, II, y III. Eso fue lo que el creador hizo a principios de la década pasada con una trilogía mucho más floja, apoyada en efectos especiales cada vez más digitales y unos guiones tan malos que mientras Anakin Skywalker se convertía en un héroe caído, George Lucas se transformaba en el Señor del Mal.
Con las seis películas finalizadas dejando muy claro que la historia de Luke, Han y Leia era la mejor, se comentaba muchas veces que Lucas tenía planes para otra trilogía más, los célebres episodios VII, VIII y IX en los que recuperaría a los personajes clásicos para llevarlos más allá. Era un rumor, la esperanza de los fans y un cebo muy interesante, pero jamás llegaría a cumplirse. Lucas no tenía pensado nada, los actores habían seguido adelante con sus carreras, y en el caso de Harrison Ford, ni siquiera querían tener nada que ver con la saga. El contrabandista del Halcón Milenario siempre pensó que Lucas había cometido demasiados errores en El Retorno del Jedi, y en más de una ocasión le insistió en que debería haber matado a Han Solo al final para que al menos hubiese una sensación de peligro real para los personajes. Lucas se negó en rotundo y al final ni siquiera permitió la muerte de Lando Calrrisian, algo que tenía pensado en su lugar por ser un personaje mucho más prescindible. Además, en 2012 Lucas se jubiló discretamente, por lo que parecía dar por terminadas nuestras esperanzas.
Pero la industria del espectáculo no podía permitirse desperdiciar ese Vellocino de Oro titulado “Episodio VII”, y la jubilación de Lucas vino acompañada de un movimiento para vender Lucasfilm a Disney, lo que aseguraría la supervivencia de la compañía que el director creó a mediados de los setenta. Así, por casi cuatro mil millones de dólares Disney adquiría los derechos de Star Wars e Indiana Jones, e hizo lo obvio: anunciar nuevas películas. Y así fue como el tan esperado y místico Episodio VII se hizo realidad.
Treinta y cinco años después de El Retorno del Jedi, hemos vuelto a esa galaxia de la mano de J.J. Abrams, un director joven que crea cine de entretenimiento de calidad fuertemente inspirado por las técnicas de Spielberg y que, a la vez, es capaz de trabajar para los grandes estudios al no ser excesivamente personal. Disney se fijó en él cuando su enésimo intento de contratar al director de E.T. no dio sus frutos, y él le dio una vuelta al esquema con el que Disney partía para esta nueva trilogía. Para empezar, Lucas tenía pensado realizar él mismo el Episodio VII y vender la compañía tras abrir la puerta, pero Disney se negó a coger algo a medias. Lucas luego afirmaría que “había llegado a un punto en mi vida donde el tiempo era más importante que el dinero, y los fans de todas formas sólo me odian”, pero la verdad es diferente. En su lugar, Lucas vendió también sus ideas y un esbozo de guión a manos de Michael Arndt, guionista de Toy Story 3. Lo que Disney hizo cuando por fin tuvo el control fue tirar todo eso a la basura, mantener una fachada de buenas relaciones con el padre de la criatura y empezar de nuevo.
Para entonces, las negociaciones con los actores de las cintas originales ya estaban cerradas. Es posible que Harrison Ford supiera de la nueva película alrededor de 2011 y fuera el primero en firmar, más que nada porque todos conocemos sus reticencias a la saga. Mark Hamill ha hablado más claro acerca de la reunión donde Lucas les propuso a Carrie Fisher y a él volver, algo a lo que en teoría no pudieron negarse. Podríamos hablar acerca de las erráticas carreras de ambos actores, pero lo cierto es que han logrado estabilizarse. Ella es guionista y él, un gran actor de doblaje famoso sobre todo por ser el mejor Joker al que se ha enfrentado Batman. Por supuesto el cheque no viene mal, pero Hamill, que siempre ha sido el mejor amigo de los fans y que diariamente contesta a todos por Twitter, aseguró que él jamás pensó que le pedirían que volviera y fue un honor. También, que de haberse negado los fans hubiesen ido a su casa con antorchas.
Pero el reparto original no iba a ser el que cargara con el peso de la historia. Ellos tenían que servir de puente a una nueva generación de héroes, y una página en blanco estaba ante ellos. Disney había eliminado lo que se conoce como Universo Expandido, los cómics, novelas y videojuegos que llegaban a contarnos cómo los hijos gemelos de Han y Leia se unían al de Luke, Ben Skywalker, para convertirse en los primeros alumnos de una academia Jedi. Muchos de esos libros eran literatura barata destinada a sacar dinero a los fans y no tenía sentido tener que adaptar una franquicia de cuatro mil millones a unas novelas desconocidas para el gran público.
Por eso, El Despertar de la Fuerza nos devuelve a la misma galaxia, pero es un lugar completamente inexplorado. Descubrimos que tras la celebración en Endor y la destrucción de la Estrella de la Muerte, no todo fue bien para nuestros protagonistas. El Imperio ha quedado destruido, sí, pero de sus cenizas surgió algo conocido como Primer Orden, mientras que la República (o la Resistencia), mantienen una guerra de desgaste. En este marco, nuestros héroes han envejecido no cómo héroes reverenciados sino que han tenido destinos acordes con sus acciones. Leia es una de las máximas dirigentes de la resistencia, Han Solo también anda por ahí y en cuanto a Luke Skywalker… ha desaparecido.
El Episodio VII los utiliza como personajes de fondo, pero desde los primeros segundos de la cinta, con el célebre texto que flota hacia el espacio, regresamos a lo que realmente nos gustaba. No es simple nostalgia y marketing. El aspecto de serial televisivo está mejor conseguido que nunca porque realmente parece que hemos estado esperando un nuevo episodio, que empieza como si ya lleváramos un buen rato frente a la pantalla. Empiza de golpe con un asalto a un poblado en el que el personaje de Max Von Sydow entrega algo muy importante a Poe Dameron, el mapa que lleva hasta la localización de Luke Skywalker.
El asalto está realizado con frescura, y permite ver a los soldados imperiales con su nuevo aspecto siendo más certeros e implacables que nunca. Poe Dameron intenta huir, pero será capturado y hará lo mismo que la princesa Leia en el Episodio IV, poner el mcguffin de la historia en manos de un nuevo robot con forma de pelota llamado BB-8.
Mientras BB-8 huye de la escena, el espectador ya se ha dado cuenta del aspecto tan físico que tiene todo, incluyendo naves reales y escenarios que no son una pantalla verde (aunque la haya en algunas ocasiones). Pero lo mejor es quién va a ser uno de nuestros nuevos protagonistas, Finn, interpretado por un John Boyega que cumple a la perfección y recuperar el humor para la saga. Finn es uno de esos soldados imperiales, los esbirros sin rostro que tanto han muerto en entregas anteriores, y que aquí, por primera vez tiene profundidad. Abrams y Lawrence Kasdan (guionista de El Imperio Contraataca) aciertan de pleno al coger al personaje más prescindible y darle toda la importancia del mundo. Dejemos al lado los comentarios racistas y los intentos de boicotear la película sólo porque Boyega sea negro, y si alguien os pregunta por qué no es un clon, es algo que dejan muy claro en los primeros minutos. En la primera batalla de Finn, éste entra en contacto con la brutalidad del Primer Orden, que ordena matar a inocentes e incluso niños, y vemos cómo la máscara se le resquebraja.
En este prólogo, J.J. mete lo mejor de la película. Poe Dameron es un bocazas, el ritmo de ágil y además contamos con la primera aparición de otro enmascarado, el villano Kylo Ren, que liquida con contundencia al personaje de Von Sydow. Sin embargo, las primera frases también nos dejan claro cuál va a ser el guión de toda la cinta. Y es que por mucho que queramos sorprendernos, la historia no es tan arriesgada como algunos quieren pensar y se ha filtrado en internet desde hace más de un año. Todos sabemos lo que va a pasar, y en los dos primeros minutos nos lo confirman. Kylo Ren en realidad es “familiar” de alguien, pero la pérdida de sorpresa se compensa con algunos buenos detalles como el disparo que Ren es capaz de mantener en el aire hasta que se marcha.
Poe, Finn y Kylo Ren se unen así a la chatarrera Rey, que en el desértico planeta Jakku sobrevive recogiendo lo que encuentra por el camino. Allí se topa con BB-8 de una forma que parece repetir los esquemas de la película original, pero aun así es tan ágil e interesante que no nos importa demasiado. Rey y el simpático androide son, sólo dos días después del estreno, una imagen familiar de la franquicia. A esto hay que sumarle el gran diseño de BB-8 y saber que se trata de un robot real, una auténtica obra de ingeniería que trajo de cabeza a mucha gente intentando averiguar cómo funcionaba. Él sustituirá a C3PO y R2D2, porque como ya he dicho, esto trata de un cambio generacional, y lo hace bien. BB-8 es un personaje adorable y divertido que logra, en una película de Star Wars, volver a hacernos reír cuando tiene que hacerlo y que jamás sobrepasa el límite. No es ridículo como Jar Jar Binks ni como los Ewoks. A estas alturas de la película, George Lucas está revolviéndose en su asiento.
Cuando Finn decide desertar y para eso ayuda a Poe, tenemos unos diálogos un poco forzados, pero creo que se deben más al doblaje en castellano. Esto nos deja a Finn a solas en Jakku, donde se encuentra con Rey y ambos intentan escapar de los soldados imperiales y con BB-8. Hasta entonces todo ha sido perfecto, incluyendo escenarios físicos y personajes de gomaespuma como el famoso Baba Jo, marionetas clásicas que nos devuelven a la franquicia original. Es entonces cuando Finn y Rey toman prestada una vieja nave que hay por ahí tirada y que nos suena de algo…
Eso nos lleva a una set piece muy buena en la que tenemos más guiños a la cinta original (esa torreta donde está Finn), y los personajes la verdad es que son ágiles, tienen vida y hasta conversan entre ellos, cosa que les faltó a los de las precuelas. Poco después, son abordados por una nave de piratas espaciales y ahí es donde empieza el segundo acto. También, es la aparición de Han Solo, treinta años después. Harrison Ford nos hizo llorar con sólo tres frases en el tráiler, y la verdad es que aquí está muy bien. Pienso que el regreso de Indiana Jones en 2008 le hizo más justicia al personaje (al margen de lo que penséis de la película), pero aquí, Han Solo no puede ser el mismo. Ha envejecido y aguantado mucha mierda en estos años, así que se le ve cansado pero haciendo lo que mejor se le da. Le pillamos cuando dos bandas intentan acabar con él, lo que nos da espacio para la escena más rara de la película en la que huye de tres pulpos que ha ido capturando, a lo que se dedica ahora que Leia y él, como intuímos, no se hablan. Incluso tenemos tiempo para meter uno de los chistes recurrentes de Ford, que siempre responde a los fans que él no es el famoso actor, sino que “solía serlo”.
Ahora es cuando todo se complica. La aparición del Lider Supremo Snoke sólo plantea interrogantes y él es quien se encarga de hacer evidente lo que ya sabemos: Kylo Ren es en realidad el hijo de Han Solo, desviado hacia el lado oscuro. Cómo ha ocurrido esto sólo se nos insinúa y es donde la película pierde un poco, pero por otra parte nos encanta que utilicen el transfondo en lugar de contárnoslo todo (aprende Lucas). Lo interesante de momento es la construcción de Kylo Ren como personaje en sí. A su extraña espada láser se une un gran interés en parecerse a su abuelo, Darth Vader. Esa es la razón por la que lleva la máscara, porque sabe lo que imponía Vader, casco que venera como un recordatorio de lo que aspira llegar a ser. Pero Ren es muy diferente. Es un chico joven (con el rostro de Adam Driver), que al estar obsesionado por la figura de Vader se pierde al controlar sus propios poderes. Es inestable, cruel y a pesar de que uno de sus arranques de ira es cómico (por los stormtroppers que se dan media vuelta cuando oyen la palabra “¡Guardias!”), es un perfecto villano. Uno mucho más complejo. No del todo malvado, quizás, pero no esperamos una redención en el futuro.
Profundizar en la historia de Kylo Ren nos hace entender que Luke formó una escuela Jedi poco después del episodio VI, pero o lo hizo mal o sucedió algo volvió malvado al hijo de Han y Leia. Intuímos también que Rey, abandonada en Jakku por su familia, podría haber sido una de estas discípulas. Han lo sabe, hay demasiadas pistas en su forma de hablar como para no darnos cuenta, pero no profundizamos más de momento. Esto es más evidente en la revelación de Maz Kanata, dueña de una cantina que otra vez nos recuerda a Mos Eisley, donde Rey tiene visiones. Lo que no sabemos es si se trata del pasado o del futuro, como qué hace ese Luke acariciando a R2, o los Caballeros de Ren. Tampoco sabemos cómo llega a sus manos la espada láser que Luke pierde en el enfrentamiento de El Imperio Contraataca. Todos estos detalles, junto con muchas preguntas, quedan abiertas para los siguientes capítulos, así que si creemos que la película pierde algo en este segundo tramo, es posible que se deba a que tenemos que esperar hasta el Episodio VIII, que ya se está rodando, para conocer las respuestas. Pero pronto llega Kylo Ren en una nueva escena de acción en la que Finn utiliza la espada de Luke, y sólo voy a mencionar lo cuidado que está el sonido de esta Excálibur espacial.
Ren captura a Rey para interrogarla y es aquí donde vemos que estos personajes tienen fuerza. Ella es capaz de resistirse a la tortura mental y hasta contraatacar, pero muchos ven esto como un error. ¿Cómo es posible que aprenda a utilizar la Fuerza en tan poco tiempo? Eso no quita que cuando Rey empieza a ser consciente de sus poderes y convence (con esfuerzo) a un stormtropper intepretado por Daniel Craig para que la suelte, tengamos otro de esos momentos de humor que tan bien le sientan. Craig negó durante meses que apareciese en la película, asegurando “que no tenía otra puta cosa que hacer que salir en la puta Star Wars, no te jode”, es por eso que no le vemos la cara sino que como muchos actores famosos que hacen un cameo, sólo podemos adivinarlo por su voz.
Lo único que lastra la película es la construcción de un nuevo arma supermasiva, una Estrella de la Muerte capaz de aniquilar varios planetas a la vez. Así es como el Primer Orden aniquila a la República esa de la que sabemos tan poco y es nuestra decisión saber si nos interesaría conocer más de ese gobierno o quedamos saturados de política en las precuelas. Con una nueva arma que destruir en tiempo límite y con un nuevo punto débil, el enésimo asalto aéreo de esta cinta es el más flojo de toda la saga simplemente porque está de fondo mientras Finn, Rey y Han Solo intentan desactivar los escudos, un esquema que ya conocemos. Aun así, los actores lo hacen tan bien que es divertido y emocionante verlos, hasta el momento en el que Han le dice a Chewie que se separen para ir a poner los detonadores. Es entonces cuando adivinamos que viene la escena que a nadie sorprende. Han ha ido al planeta helado no sólo a rescatar a Rey (que no necesita la ayuda de nadie porque ya está ella para solucionar sus propios problemas), sino a recuperar a su hijo. Leia le pide que lo traiga de vuelta a casa. Y sabemos, desde el momento en que se confirmó que Harrison Ford iba a volver, que sólo hay una razón para que decida ponerse el chaleco de Han una vez más. La escena es simple, pero poderosa. Sobre todo porque es Han quien sigue a su hijo y quien lo llama, por primera vez, por su nombre: Ben.
Han y Kylo Ren no necesitan más que unas pocas líneas para establecer su relación. No necesitamos ver la infancia del villano y su paso al lado oscuro. Nos basta con la expresión de Han Solo cuando se acerca a él y le pide que vuelva a casa. Sabemos que Ren no es fiar, y cuando dice que por dentro se está desgarrando, está sufriendo porque se debate entre cumplir con sus órdenes, y esa pequeña esperanza que aún reside en él. Ren tiene tanto miedo a Snoke o a no ser igual de grande de Vader que va más allá. Le pide ayuda a su padre para lo que tiene que hacer y es entonces cuando atraviesa a Han Solo con su espada. Lo sabíamos. Han Solo iba a morir en esta película, y a pesar de lo predecible que podría ser, o de lo mucho que lo comentaran en internet, o de los años que Ford haya dejado caer que es el final perfecto para su personaje, la escena es una de las más importantes de la historia del cine. Es el fin de un personaje mítico, el punto de ruptura para Kylo Ren, y la despedida de un icono de la pantalla que ha cautivado a tres generaciones. Lo más doloroso es ver que al final, al bravucón Han parece no importarle demasiado, porque acaricia una última vez el rostro de su hijo, una última gran interpretación de Ford. ¿Os habéis dado cuenta de cómo la luz del Sol desaparece en el momento en que la redención de Kylo Ren es ya imposible?
Ahora es cuando llega el final, y vemos que Chewbacca no tiene reparos en disparar a Kylo Ren. Finn y él tienen un enfrentamiento en la nieve en un gran duelo a espadas, más similar a las cintas antiguas. No hay fintas innecesarias. Es un combate intenso donde es obvio que Kylo Ren tiene mucha más soltura y cada herida duele como debería hacerlo. Las espadas láser nunca han sido más peligrosas que en esta ocasión. Y a pesar de que no es arriesgado, y de que cuando Ren lanza la espada de Finn por los aires y ésta cae en la nieve, sabemos lo que va a pasar, no podemos menos que emocionarnos.
Ren cree que la vieja espada de Anakin Skywalker le pertenece por derecho, y cuando va a cogerla desde la distancia, vemos que sale disparada (como en El Imperio Contraataca), pero pasa de largo… hasta Rey. Es entonces cuando ella lucha contra el asesino de Han Solo a estocada limpia y muchos se quejan de que dos personas sin ningún tipo de entrenamiento no podrían resistir contra un espadachín experto. Ya lo sabemos. Tampoco Luke podría hacer frente a Vader, y lo consigue. Si no, no serían los protagonistas ni merecería la pena hacer una película sobre ellos. El combate es igual de espectacular en el buen sentido de la palabra. Es como debería ser. Rey deja a Kylo Ren herido y listo para más secuelas porque estos tres personajes van a dar mucho que hablar. Pero paralelamente, Poe Dameron y el resto de la pequeña flota acaban con este planeta disparando a su único punto débil, un tópico que hasta ellos mismos se encargan de admitir, y salen de allí antes de la típica explosión. Imaginamos que todos los personajes importantes, como la capitana Phasma, han logrado escapar, pero esperamos que el Primer Orden haga algo más original que un superarma en la próxima ocasión.
Sólo nos queda sentar las bases para el futuro, para esta nueva saga. Con el mapa sobre la ubicación de Luke al completo. Rey viaja hasta el extraño planeta con el que alguna vez ha soñado, y encuentra una isla. Es allí donde sube las escaleras para encontrarse con una figura de espaldas. Sabemos quién es, y cuando se gira y quita la capucha, vemos por fin a Luke Skywalker, anciano, cansado y que sólo necesita diez segundos en pantalla para impactarnos. Porque cuando Rey levanta la espada, Mark Hamill es capaz de poner una mirada que es una mezcla de miedo o desesperación. Sabe lo que significa.
Como vemos. El Despertar de la Fuerza es un poco un remake encubierto, aunque sólo sea porque parece que no se puede aportar una estructura diferente. Es también una película mucho menos arriesgada de lo que parece, y ahora es cuando todos los fans que aseguraban que bajo la máscara de Kylo Ren se encontraba en realidad un Luke malvado van a desaparecer de internet asegurando que ellos jamás dijeron eso. Pero hemos visto centenares de personas que incluso clamaban que Adam Driver no era más que un fichaje fantasma y que sólo iba a la comic con para seguir con el teatro, y que en realidad él ni siquiera salía en la película. Chorradas, Disney no va a ir tan lejos, y si nos paramos a pensar, el argumento es predecible al máximo, pero eso no quita que sea muy disfrutable. Es la mejor película de Star Wars desde El Imperio Contraataca, porque huye de la infantilización y de los defectos de Lucas. Uno de esos casos donde un fan como J.J. es capaz de hacer algo mejor que el propio creador, que ya no tiene nada que ver y al que no parece que le haya entusiasmado esta película. Sin embargo, como ya dije en el post que publiqué el viernes, a Disney lo que Lucas opine no le quita el sueño.
Los únicos defectos que se le pueden poner a la película es que a la hora de la verdad, se trata de una cinta muy pequeña, y que personajes como Poe Dameron aparecen poco en pantalla. También hay que tener en cuenta que en esta ocasión la trilogía está muy bien pensada y los huecos que se han dejado en la trama serán fundamentales para las películas siguientes. No parece que vaya a haber lugar para la improvisación, ni tampoco esperéis que esta vaya a ser una de las típicas tramas como Perdidos en la que todo se soluciona de forma vaga. Abrams sólo es el responsable de dirigir esta cinta, y su labor ya ha terminado. Es tarea de Rian Johnson y Colin Trevorrow contestar a las preguntas acerca de qué ocurrió en la academia de Luke, de dónde sale el líder Snoke y a qué se debe el inesperado control de la Fuerza que Rey parece desarrollar a toda velocidad. Y es que no puede tratarse de ese “despertar” que todos hablan, sino que parece que Rey es alguien muy cercano a los Skywalker. Pero hasta Navidades de 2017 no sabremos hasta qué punto. Ahora queda disfrutar de esta película una y otra vez hasta conocerla tan bien como sus predecesoras, comprobar que les ha salido bien y respirar tranquilos. Y también, esperar.
Especial Episodio I – La Amenaza Fantasma
Especial Episodio II- El Ataque de los Clones
Especial Episodio III – La Venganza de los Sith
Especial Episodio IV- Una Nueva Esperanza
#1 por Vini el 20 diciembre, 2015 - 23:41
Genial el análisis, y enhorabuena por la crítica. Coincido en prácticamente todo, en lo único que no nos encontramos creo que es en lo de que los personajes de la trilogía original sirven únicamente de puente, o al menos en el caso de Luke. A mi lo que hacen con Luke me parece genial, me recuerda a orson wells en «el tercer hombre». No aparece prácticamente en la pelicula, pero siempre esta presente. Un saludo.
#2 por Carlos Martín el 21 diciembre, 2015 - 03:25
Con Luke habrá que esperar a ver qué pasa… 😉
#3 por Guillermo González el 22 diciembre, 2015 - 01:14
Saludos desde Venezuela, siempre pendiente de las revisiones y comentarios sobre las últimas películas en esta página. Un detalle que faltó en la revisión, y no por culpa del analista casi seguro, si no de la misma película y es que el apartado de la música, como pasa desapercibida en el film, en los análisis que he leído también. Cuando se compara con las dos trilogías anteriores, en ésta, la música parece que no la hubiese compuesto John Williams (que es posible). Normalmente el esquema general musical lo podemos dividir al menos en dos, las partes incidentales y los temas de los personajes (leitmotif) … y para mí, en este episodio lamentablemente se queda corto en los dos ámbitos (comparativamente hablando). Espero que el tema final (cuando llega Rey a la isla) sea el tema de su personaje, (que fuese sido como una transición) ya que el que realmente aparece como de Rey´s Theme (en el BSO) deja mucho que desear, si se compara con el Tema de Leia o de Luke.
#4 por Carlos Martín el 22 diciembre, 2015 - 01:19
Cierto, la banda sonora de esta película, aunque no está mal, sobre todo se basa en reutilizar temas que ya conocemos. El tema de Rey sí es el que aperece en las escena final, aunque también se repiten algunos de sus elementos en la canción The Scavenger. Las dos valen para el personaje.
Es cierto que Williams está un poco más flojo comparado con el resto de la saga, pero es difícil superar cuando has hecho tantos temas a lo largo de las décadas. Lo que sí es cierto es que el estilo tan personal del compositor me recuerda en algunos momentos a las canciones de Harry Potter.
Gracias por comentar lo de la banda sonora, y por pasarte por aquí de vez en cuando 🙂
#5 por Guillermo González el 22 diciembre, 2015 - 01:17
Saludos desde Venezuela, siempre pendiente de las revisiones y comentarios sobre las últimas películas en esta página. Un detalle que faltó en la revisión, y no por culpa del analista casi seguro, si no de la misma película y es que el apartado de la música, como pasa desapercibida en el film, en los análisis que he leído también. Cuando se compara con las dos trilogías anteriores, en ésta, la música parece que no la hubiese compuesto John Williams. Normalmente el esquema general musical lo podemos dividir al menos en dos, las partes incidentales y los temas de los personajes (leitmotif) … y para mí, en este episodio lamentablemente se queda corto en los dos ámbitos. Espero que el tema final (cuando llega Rey a la isla) sea el tema de su personaje, (que fuese como una transición) ya que el que realmente aparece como de Rey´s Theme (en la BSO) deja mucho que desear, si se compara con el Tema de Leia o de Luke.
#6 por Keverkan (@Keverkan) el 22 diciembre, 2015 - 22:42
Me ha gustado mucho tu análisis, estoy de acuerdo practicamente en todo, también en que lo que más me rechina es el recurrir a la super arma con forma «esférica», espero que en los siguientes episodios busquen otro motivo para «acojonar» a la galaxia.
También quiero aprovechar la primera vez que comento por aquí, para felicitarte por tu blog, hace tiempo que lo sigo y siempre es un placer leer tus críticas y análisis, sin fanatismos ni ceguera, espero seguir leyéndote mucho, mucho tiempo.
Un saludo desde Zaragoza.
#7 por Carlos Martín el 22 diciembre, 2015 - 23:08
Muchas gracir a ti por pasarte por aquí 🙂
#8 por optica alcorcon el 29 enero, 2020 - 09:37
Muy interesante tu punto de vista,. Bien explicado y argumentado. No es habitual en estos casos. Hay cada critica de las novedades de Star Wars en las que solamente se sacan fallos y defectos al tuntun…