Bruce Willis ha hablado de Die Hard: Year One, la sexta entrega de la saga que será a la vez una secuela y una precuela en la que un actor joven interpretará al John McClane de antes de los sucesos del Nakatomi Plaza. Y ha dicho que le parece “muy bien que sea una precuela porque volveremos al principio, o sea, que veremos cómo será antes, al comienzo”. Willis no está pasando por muy buenos momentos, y las noticias que se ven de él tratan cómo Woody Allen le despide en pleno rodaje de su última película, cómo Stallone le llama “vago y creído”, y cómo insulta a varios entrevistadores en la promoción de sus filmes. Entre nosotros, Bruce Willis es un gilipollas.
Aun así, nadie le quita el mérito de haber protagonizado un puñado de buenas películas, pero creo que es necesario mencionar su carácter porque es el que está marcando el ritmo de las Junglas 4, 5 y presumiblemente 6. Pero en 1990, cuando se estrenaba La Jungla de Cristal 2: Alerta Roja, John McClane era un personaje aún fresco.
Si revisáis mi post anterior, veréis cómo decía que La Jungla 1 era un ejercicio de arquitectura donde el rascacielos era un personaje más, y aquí decidieron ampliar el escenario en forma de un aeropuerto en Navidad. Renly Harlin se ocupó de la dirección demostrando que John McTiernan conocía su oficio mejor que nadie, pues es un bajón de calidad considerable sólo porque repite demasiados esquemas y chistes. De nuevo son terroristas con un meticuloso plan, pero el villano, al que conocemos desnudo y practicando Taichi en una habitación de hotel, da muchísimo más repelús que el grandioso Alan Rickman. En lugar de un gigantesco atraco nos centramos en la liberación de un dictador sudamericano extraditado que consigue que sus hombres se lo curren para sacarlo de allí, con grandes escenas de acción como la pelea en las cintas de equipajes o una pelea sobre el ala de un avión. Quizá es forzar demasiado la credibilidad que el grupo de soldados de asalto liderados por el Mayor Grant y sus balas de fogueo lo tengan todo orquestado, y además cada vez que veo a ese actor que sí que clava el aspecto de militar, no dejo de recordar su papel en El príncipe de Zamunda. Pero a pesar de todo es una cinta entretenida que no cae en los defectos de las que vinieron después.
Funciona, sí, y con eso nos vale, incluso recuperamos a algunos personajes caricaturescos como el periodista coñazo de la primera o el encantador Powell, aunque sea en forma de cameo. Es un buen ejemplo de cine de acción de los noventa, con sus cosas buenas y malas, y muestra la importancia de tener un buen director a los mandos, como pasaría después con la tercera película y que sería un gran salto de calidad, y la última buena entrega de La Jungla de Cristal durante décadas.
#1 por Comprar queso online el 18 diciembre, 2015 - 11:36
Sí, yo creo que la segunda es la «más floja» de la trilogía. Pero soy my fan de «Jhon Mclain» y la Jungla de Cristal en su trilogía me encanta. Es brutal.