Dentro del campo de la animación, el estudio Ghibli está considerado como el punto de origen de películas preciosistas y maravillosas que demuestran que el anime puede ser algo más que Dragon Ball o historias de robots gigantes. De entre todos sus largometrajes, Mi vecino Totoro siempre ha sido uno de los mejor valorados y es fuente de una gran cantidad de merchandising, así que decidí que ya era hora de verla basándome en las altas puntuaciones que le dan en todos sitios y el cariño que le profesa la gente.
Y la verdad, me siento mal, porque se suponía que Totoro tenía que entusiasmarme mucho más de lo que ha hecho. Pero para mí le pasa lo mismo que a todas las cintas de este estudio, y es que por muy bonitas que sean, no me emocionan ni llegan a interesarme. Quizá sea cuestión de gustos personales que no tienen nada que ver con la historia, o quizá, como he podido comprobar, el cine asiático y el occidental difieren mucho tanto en su ritmo como en los elementos que utilizan. Sea como sea, esta película cuenta la historia de dos niñas que se trasladan a vivir al campo y allí encuentran a un ser amable conocido como Totoro, un peluche encantador que ayudará a hacerle llegar un regalo a su madre enferma. Dicho así podríamos pensar que Totoro es un elemento central en la historia, pero no, sale unos pocos minutos y no llega a estar muy claro qué es lo que aporta realmente. Hay quien asegura que en realidad, Mi vecino Totoro trata de cómo las dos niñas mueren y Totoro les guía en su viaje al más allá, pero esto puede ser una de esas teorías que tan de moda están para dar a todos los dibujos infantiles un dramatismo innecesario.
A lo mejor es que se la valora mucho más porque muchos la vieron durante su infancia, o por el sentimiento de inocencia que transmite, pero a mí las niñas y la manía de los dobladores japoneses de gritar cada palabra sólo me provocan dolores de cabeza, y la famosa escena de la parada del autobús bajo la lluvia no me parece taaan buena. Intento de verdad que me guste, pero me encuentro con que la película se acaba y yo siento que le falta algo, una dirección o incluso un simple argumento. A lo mejor como ya he dicho son gustos personales, pero no es la primera vez que una película de Miyazaki me deja muy frío.
#1 por Buittl el 11 octubre, 2015 - 21:03
comparto 100% el análisis
#2 por Jan Delors el 12 octubre, 2015 - 14:16
Yo la ví de adulto, y me fascinó y me sigue fascinando.
Yo creo que no tienes corazón 😉
O que eres demasiado adulto :-0
#3 por Patricia el 18 noviembre, 2015 - 19:41
Yo también la vi de adulto, me encantó y lo que me pareció es que es una película para niños, inocente e ingenua, no hay que buscarle interpretaciones o mensajes hay que solo verla. Por suerte para muchos, tenemos distintos gustos, como decía mi padre: que sería del azul si a todos les gustara el verde.