Ricky Gervais contra la tauromaquia

Trece personas han muerto este año en espectáculos taurinos. Y nadie lo sabe mejor que la prensa británica, que ha encontrado una interesante fuente de noticias cada vez que alguien muere en un encierro. Dentro de nuestro país hay un gran debate sobre si acuchillar a un animal para el disfrute del público es cultura o simplemente una salvajada, pero al otro lado del mar lo tienen bastante claro: Es un acto barbárico que debería desaparecer, y nadie lo sabe mejor que Ricky Gervais.

Gervais no me cayó bien la primera vez que le vi. Pero fue hasta que entendí el humor inglés y el ácido sarcasmo de su serie Extras, y también de sus monólogos cómicos. Cuando descubres que los personajes de Gervais no están intentando ser graciosos, sino que parodian a todos esos jefes y tipos que se creen mejores que nadie y que en realidad no tienen puñetera gracia, todo empieza a cobrar sentido. Desde entonces, pienso que es una de las mejores voces del mundo del entretenimiento y alguien que está tan hasta los cojones de todas las estupideces e injusticias del mundo que no está dispuesto a tolerarlas. El pasado Abril ya se enzarzó en una pelea vía Twitter con las cazadoras Rebecca Francis o Melissa Bachman, que se hizo famosa tras posar con varios animales exóticos a los que había cazado con un rifle con mira telescópica, y desde entonces ha ido apoyando varias causas animalistas. En los últimos meses ha centrado su interés en la tauromaquia, compartiendo mensajes que se han reproducido en periódicos tanto británicos como españoles, con una gran diferencia de reacciones en ambos países. Cada vez que alguien salta a una plaza de toros en España para impedir (sin éxito) que descabellen a un toro, en Inglaterra se le considera un héroe y un valiente, mientras que aquí, los comentarios giran casi siempre en torno a la idea de que Gervais debería irse a la mierda en el primer autobús disponible.
“Nadie desea que pelees contra un toro.” Dice el protagonista de The Office. “Pero si vas a hacerlo, sólo espero que sea el toro quien gane”. Rechazando el argumento de que los toros son una tradición muy antigua, cree que deberían convertirse en un mal recuerdo.