El crossover entre Los Simpsons y Padre de Familia no ha gustado demasiado a los que ya han podido verlo. La última gran maniobra comercial de la Fox ha dejado momentos aburridos y otros muy polémicos, como la larguísima pelea que involucra a Homer y Peter Griffin o un chiste telefónico sobre la violación que no ha sentado nada bien. Pero al final, para lo que ha servido el encuentro entre dos de las familias más famosas de la televisión norteamericana ha sido para remarcar sus diferencias y dejar claro qué es de lo que una anda (o andaba) sobrada y la otra carece.
Pero no es el único asunto que me apetece tratar, sino que también me interesa una noticia que salió el pasado Agosto y en el que aseguraban que DC Cómics había impuesto una regla a todas las adaptaciones cinematográficas de sus personajes: Sin chistes.
DC prohibía los momentos cómicos en las próximas cintas de Batman o Superman y buscaba así una forma más de romper con el esquema de su competidora en la creencia, además, de que un mayor dramatismo daría profundidad a sus creaciones. Estos dos ejemplos tienen algo en común y es que al final, todo se resume en cómo construyes tus personajes, que son quienes se encargan de contar las historias y transmitir emociones al público. Da igual lo rebuscada o ingeniosa que sea tu trama si los personajes no nos importan o no son creíbles, son ellos quienes te sacan del apuro y llega un momento en el que puedes dejarlos “solos” con la seguridad de que te harán todo el trabajo. Y por eso es muy importante que todos ellos tengan, a falta de una palabra mejor, corazón.
Hace unos meses Marvel se preguntaba si una película con un mapache parlante y un árbol monosilábico podría tener algún éxito, pero sólo hubo que esperar al estreno de Guardians of the Galaxy para comprobar que esta arriesgada propuesta ha sido además lo que más ha gustado a la gente. El miedo de los productores residía en lo extraño de los personajes y que el contraste entre humor y acción podría resultar poco creíble. Pero DC apuesta por las dimensiones bíblicas en sus historias puesto que sus personajes son más mitológicos que humanos, y aunque esto sólo sea una cuestión de marketing, no hay que olvidar por qué personajes tan cómicos y ridículos como Rocket o Groot pueden funcionar y hay otros que no. Es porque por muy estrambóticos que sean sus diseños o historias, hay algo que nos hace conectar con ellos. Da igual que sea un robot basurero, un matón con forma de árbol o un alienígena abandonado por los suyos. Siempre, en algún punto de la historia, encontraremos que hasta el mayor bocazas del mundo tiene algo de profundidad o una razón para comportarse como lo hace. Por eso son tan importantes los ojos en los personajes de animación como Wall-e o E.T., porque es con ellos con los que transmiten sus emociones (No es casualidad que eso fuese lo primero que H.R. Giger eliminase del Xenomorfo de Alien).
Fue Emma Coast, una de las trabajadoras de Pixar, quien compartió en Twitter las reglas del estudio para crear una buena historia, lo que más me llamó la atención fue la revelación de que a los personajes se los quiere más por lo que intentan que por lo que consiguen. No siempre tienen por qué ganar, no siempre tienen por qué ser heroicos, llevarse a la chica o ganar el campeonato mundial. Lo importante es que como espectadores podamos sentirnos identificados con su pasión y su sufrimiento. Por eso nos gustan tanto los perdedores, porque al final, el esfuerzo que ponen en algo es lo que más importa, independientemente del resultado.
Rocket y Groot pueden parecer simples, pero en la película tenemos lo suficiente para quererlos. Sabemos que son amigos, que Groot es inocente y hay un plano en el que vemos la espalda del mapache llena de cicatrices de su pasado como experimento genético. No hay drama acerca de ello, ni lo mencionan casi. Peter Quill las ve de refilón, pero sirve para recordarnos que hay mucho más en ese bocazas peludo de lo que creemos. Y en el enfrentamiento final, cuando Rocket se levanta gritando “¡Has matado a Groot!” y corre hacia el villano de la película para salir despedido contra una pared, no vemos a un mapache indefenso y ridículo, vemos a una persona con sentimientos que ha ido a luchar incluso cuando no tiene posibilidades de ganar.
Lo que hubiese sido un error es que Rocket no hubiese tenido esa profundidad, o no existiera un vínculo entre nosotros y él. Siendo políticamente incorrectos podemos acordarnos de Tropic Thunder, donde Robert Downey Jr. interpretaba a un actor de método que nos daba el mejor consejo para ganar un Óscar: interpretar a un retrasado mental. Pero incluso ahí dejaban claro que no podías interpretarlo como un “completo retrasado”, sino que tenías que tener un momento en el que se demostrase inteligencia. Mirad si no la escena de Forrest Gump en la que Tom Hanks pregunta si su hijo “es inteligente o es como… yo”. Porque hasta entonces hemos tenido compasión por un Forrest que creemos que no se ha enterado de nada, pero ahí descubrimos que sabe que hay algo no del todo bien en él, que sabe. “No soy muy listo,” dice también, “pero sé lo que es el amor”. Y no necesita nada más para ponernos en su lugar.
Volviendo a Padre de Familia y los Simpsons, el ejemplo es el mismo. Los Griffin son una copia barata de la familia amarilla, pero mucho más extremos y con un sentido del humor que en ocasiones no tiene ni puñetera gracia. Además, en escenas del crossover como esta que podéis leer aquí, veis una vez más lo que significa tener o no corazón, un elemento de humanidad, comprensión y empatía incluso en personajes amarillos de cuatro dedos. En las imágenes del link anterior vemos a Lisa Simpson intentando animar a Meg Griffin asegurándole que todos importan, pero Peter aparece al final para decirle: “¡Cállate Meg, tú no importas!” Lo que podría haber empezado como un chiste recurrente (el comportamiento abusivo en torno a la hija) es cada vez más fuerte, quizá porque a Seth McFarlane le hacen gracia esas cosas o porque precisamente lo que buscan es dejar claro que Peter Griffin es un completo gilipollas sin trasfondo.
En otro capítulo de Padre de Familia, Peter se encontraba con un genio que le concedía varios deseos, lo que propiciaba una serie de desventuras que acababa con él convertido en una masa de carne sin huesos. Cuando al final todo se solucionaba, Lois se acercaba a él y le decía:
– Bueno Peter, seguro que has aprendido una valiosa lecci…
– NO.
Y el capítulo se cortaba de golpe. Peter no aprendía nada, y por tanto, no buscaba ni valoraba nada. ¿Y qué pasa con Homer Simpson, que es un personaje igual de tonto que él y que se ha metido en problemas incluso mayores? Pues la diferencia es que al final, Homer no es estúpido. Podrá no ser un padre perfecto, pero quiere a su familia y los entiende, incluso cuando Lisa y él jamás podrán mantener una conversación fluida. Por eso Padre de Familia jamás llegará a hacer sombra a Los Simpsons, porque no tienen un vínculo emocional. Incluso el Cyborg de Terminator 2, una máquina diseñada para matar, terminaba la cinta tocándonos la fibra sensible con su frase “ahora sé por qué lloráis, pero es algo que yo nunca podré hacer”. Homer no es un padre aburrido con un trabajo de mierda, está allí por su hija Maggie, como bien nos recuerda el letrero que tiene en su despacho. Pero Peter jamás hará algo así por nadie, ni siquiera por él mismo, jamás tendrá un momento de comprensión o de apego, jamás buscará algo ni mostrará ser algo más que un bocazas sin gracia alguna. Por eso Padre de Familia puede permitirse chistes sobre la violación de la hermana de Moe y pretender que sea humor, porque o no le importa pasarse de la raya o simplemente no saben que esa línea existe. Y es que el miedo de DC a que los chistes y el humor destruyan a los personajes está injustificado, ya que por mucho que hablen y nos hagan reír, lo importante es que al final tiene que haber algo que les permita conectar con nosotros, siempre tiene que haber algo que nos indique que tienen corazón.
#1 por Reyna el 3 octubre, 2014 - 18:40
Excelente articulo.
#2 por Xoloitzcuintles el 8 octubre, 2014 - 16:43
Estoy de acuerdo en que «Padre de familia» fracasa en el plano sentimental, de manera además bastante hipócrita porque los finales de sus episodios siempre son música triste y zoom a un personaje que lanza un discurso tipo «mentir está mal» o porque tiene episodios que intentan que nos impliquemos con la historia (Brian y Stewie, o el capítulo de la «muerte» de Brian) y fracasan. Precisamente a mí me gusta el final que comentas en el que Peter no aprende una lección, ya que al menos usan esa mezquindad para que el final del episodio sea gracioso.
Pero voy a romper una lanza a favor de la serie de MacFarlane con lo del chiste de la violación, que no es un chiste sobre violar mujeres o hermanas de taberneros. La gracia está en dos aspectos : el primero es que Stewie nunca ha gastado una broma por teléfono y no sabe cómo hacerlo y el segundo es precisamente marcar las diferencias con el humor de ambas series, siendo el de «Padre de familia» mucho más burro, entiendo que de mal gusto para alguna gente, pero en este caso no es que el chiste sea «decir que voy a violar a alguien es divertido», sino «no sé cómo comportarme en esta situación y suelto una burrada que dicha en casa de los Simpson queda aún peor».
Sobre el crossover, yo creo que tiene elementos salvables y algún gag inspirado, pero las tramas y sobre todo la pelea entre Peter y Homer son paupérrimas.
#3 por Carlos Martín el 8 octubre, 2014 - 18:08
Exactamente. A veces tiene ese humor burdo y grotesco, y no sabes si es porque a sus responsables les parece divertido o quieren dejar claro que sus personajes son así de tontos y simples. Creo que es 50/50.
#4 por Lou el 11 octubre, 2014 - 11:32
Yo añadiría que de hecho, este crossover ha servido para demostrar que no queda nada de los Simpson. Todos sus personajes han quedado diluidos (http://humour.amulyam.com/images/humour/large/1210/120179.jpg). Dices que Padre de familia nunca hará sombra a los Simpsons, supongo que te refieres a su época dorada, porque en estos momentos, el humor de la otra ha ABSORBIDO POR COMPLETO A LA FAMILIA AMARILLA. Padre de familia te puede gustar o no, pero ha sido una serie mucho más coherente consigo misma.
En cuanto a la estrategia de DC, yo no lo veo mal, es una buena manera de distanciarse de su rival acercándose más a un modelo como puede ser el Batman de Nolan. También hay que decir que Superman ha sido una cagada, pero no creo que sea por intentar darle un tono de seriedad al personaje, precisamente…
De todas formas, Marvel, salvando excepciones, solo ha hecho mediocridades.
#5 por revista deportiva el 26 junio, 2015 - 14:07
Interesante artículo. Hay cosas que desconocía. Con los Simpsons y Padre de Familia estoy totalmente de acuerdo.