No me gustó El Resplandor la primera vez que la vi. No la soporté la segunda. Ni la tercera. Pero luego a la cuarta la vi en versión original y sólo perder el doblaje de Verónica Forqué le hizo ganar muchísimos puntos. Porque la adaptación de la novela de Stephen King es una película peculiar y única, y mucha gente que la vea no entenderá por qué es tan famosa si es una atípica cinta de terror que no muestra casi ninguno de los tópicos del género.
Stephen King es uno de los autores más adaptados al cine gracias a que muchas de sus novelas se basan en ideas o conceptos muy sencillos que se pueden reflejar bien en la pantalla. Una familia encerrada, una chica con poderes mentales o un escritor atrapado con una fan enloquecida, son ideas típicas del thriller o el cine de terror, que se basan en el desarrollo de las mismas y en la relación entre los personajes. Y a pesar de que King no escribe necesariamente literatura de terror, sí es que cierto que muchas de sus novelas tienen situaciones incómodas o espeluznantes. El Resplandor, su tercera novela, es posiblemente uno de sus mejores y más famosos trabajos, porque da con una idea muy interesante y acierta de lleno en sus matices. Una familia que se muda a un hotel cerrado en temporada baja para ejercer de vigilantes y que se ven acosados por fantasmas. La idea es muy básica, pero bien desarrollada, puede dar una de las mejores películas del género. Como lo es la versión que dirigió Stanley Kubrick.
Kubrick sí que era peculiar. Se obsesionaba con una película y su forma de realizarla podría resultar agotadora, y el rodaje de El Resplandor es una prueba de ello. Cambió o eliminó grandes partes de la novela, incluyendo el final, y aprovechó su potencial de escenario cerrado e historia centrada en sólo tres personas para hacerla asfixiante. Esa es una de las cosas que hizo que unos universitarios de Reino Unido eligiesen hace diez años a esta película la obra de terror más perfecta posible cuando identificaron la fórmula del miedo, la acumulación de elementos típicos y cómo debían ser usados para crear una atmósfera siniestra. La sensación de aislamiento representada en el Overlook rodeado por la nieve, el bajo número de personajes, la mezcla entre elementos de la vida corriente como el alcoholismo de Jack Torrance y los sobrenaturales como los fantasmas del hotel, confieren al público una situación de desventaja.
Y todo esto funciona tan bien porque los actores están perfectos en sus papeles, y si bien Kubrick es la falta de pasión hecha carne, Jack Nicholson y Shelley Duvall crean a unos personajes creíbles. A muchos, entre ellos al propio King, no les gustó la elección de Nicholson para el papel de Jack Torrance porque pensaba que la gracia de la historia era la de un hombre bueno que se iba volviendo loco, y Nicholson ya tenía cara de psicópata. En su lugar, se hubiese preferido a algunos actores que recibieron el guión como Robert De Niro o Harrison Ford, pero el paso de los años le ha dado la razón al director. La mirada desquiciada, su aspecto de hombre normal y corriente que apestaría a alcohol y tabaco son espeluznantes, y si bien su actuación puede pecar de algo exagerada, encaja a la perfección en un escenario demencial. Duvall, por su parte, y el joven Danny Lloyd, cumplen con su papel. De ella se dice que Kubrick la “ayudaba” a representar su papel de mujer maltratada insultándola y hasta golpeándola, como todo buen manipulador que bordea la locura, y quizá por eso se la ve nerviosa y desencajada. Danny hace poco más aparte de mostrar las mayores fosas nasales de la historia del cine, porque estos dos personajes sólo giran en torno a un Jack Nicholson que acababa las jornadas de rodaje exhausto y que le daba a las drogas durante aquella época.
Otro de los elementos de El Resplandor es su escenografía contraria a las habituales cintas de terror. No son escenarios pequeños y oscuros sino amplios, luminosos y parecidos a galerías o museos, lo que aumenta la sensación de soledad o aislamiento. Y no hay sustos innecesarios. Todo es demencial y sin sentido. No vemos a los fantasmas. En su lugar, hay sillas que desaparecen, laberintos que crecen y máquinas de escribir que suministran papel a un Jack que martillea las teclas provocando un eco inquietante, y que buscan provocar la sensación de desconcierto de forma subliminal, aunque yo no sé si funcionarán o no. Lo que sí es cierto es que muchos de estos fallos de raccord en realidad son voluntarios y dejan claro que la película es más de lo que parece y tienes que darle varias oportunidades. Al margen de eso y de sus zooms algo cutres típicos de la época, la fotografía es muy luminosa y demuestra la obsesión de Kubrick por la simetría y los pocos juegos con el montaje, como el larguísimo plano en el que el vigilante del hotel es asesinado de un gran hachazo, limpio y prosaico, pero acojonante como él solo.
En cuanto al final, que ya he dicho que difiere mucho de la novela, deja abiertas muchas interpretaciones. ¿Estuvo Jack en el Overlook anteriormente? ¿Queda atrapado en una de las fotografías? Una escena descartada mostraba a Danny jugando en el hospital en el que se recuperaban tras la odisea y cómo la pelota que “el hotel” le lanzaba se le acerca por el pasillo. Pero en realidad, lo horrible es la sensación de que Jack Torrance podría ser tu padre o tu marido, algo tan cercano (y apoyado por ese elemento sobrenatural que no puedes comprender ni negociar con él) que lo hace más real y tangible, y por tanto, más aterrador. No es una película para ver con tus amigos, sino con el menor número de personas posible y prestando atención a una cinta como no volveremos a ver otra igual.
#1 por vini el 19 septiembre, 2014 - 20:18
Pues si, se acerca el otoño y apetece ver peliculas de este tipo. Las dos de las que hablas en estos ltimos articulos son geniales. Por cierto ya entrados en materia, cual sera este año la recomendacion para la fiesta de hallowen. Bueno esto ultimo desvelalo un poco mas adelante, de lo contrario muchos no aguantaremos y nos adelantaremos a la fecha del visionado. Un saludo
#2 por Carlos Martín el 21 septiembre, 2014 - 05:17
Pues no tengo ni idea. El cine de terror nunca me ha entusiasmado, y en Halloween me atrae más la idea de ponernos del lado de los monstruos que la de huir de ellos. Algo buscaré 😛