“Dios es grande. Me dio dos hijos, ahora tengo tres.”
Hace cosa de un año, escondido en uno de los laterales del cine de Callao estaba el póster de esta película, con un aspecto mucho más parecido al cine mafioso que a lo que realmente trata, y anunciado como “próximo estreno”. No sé si habrá salido ya en nuestro país, pero el caso es que ese mismo día, yo acababa de regresar de Londres con el Blu Ray de esa misma película en la maleta, y sólo me había costado tres libras.
España es un mercado mucho menor que el americano o el inglés, y eso hace que muchos productos nos lleguen con unos retrasos enormes o nunca lleguen a hacerlo, así que nos perdemos muchas cosas realmente buenas. En el caso de El Doble del Diablo, era una película de la que ya había hablado aquí en el blog, presentando su tráiler y diciendo que tenía ganas de verla, pero como siempre, tuve que recurrir a las descargas o a irme a otro país para poder conseguirla.
Sobre Uday Hussein he leído bastante, ya que se le demonizaba “el oscuro playboy” de Irak, donde campaba a sus anchas debido al poder que ejercía su padre. No descarto que mucho de lo que se haya contado sobre él fuese parte de la propaganda estadounidense, pero el pueblo que le soportó sí tiene mucha credibilidad sobre el tema, destacando su afición por las jovencitas a las que recogía de la calle, las drogas o las armas. Hay grabaciones de él disparando rifles en fiestas cuando no le gustaba la canción o es conocido su sádico interés en los eventos deportivos de su país, en los que figuraba como entrenador y se dedicaba a torturar a los que fracasaban. Con esto en mente, es interesante la premisa de El Doble del Diablo, basada supuestamente en una historia real: la de su doble Latif Yahia, un antiguo amigo de la infancia forzado a hacerse pasar por el psicópata más odiado del país.
Pero sorprendentemente, la película no va a ser una recreación histórica sobre Uday, sino que va a utilizarlo para construir una cinta de acción dirigida por Lee Tamahori, que como su carrera no es muy grande, va a ser el mejor trabajo que realice hasta el momento. Violenta, histriónica y sencilla, la cinta podría pasar por cualquier otra más del montón si no fuera por la increíble actuación de Dominic Cooper, quien encarna a la vez a Latif y Uday, consiguiendo clavar ambos personajes, caricaturizándolos, sí, pero haciéndolos creíbles y repulsivos. En ocasiones la cara del actor tiene que estar insertada en el mismo plano y se nota que no tienen mucho presupuesto, pero eso queda en una anécdota cuando nos damos cuenta de que todo gira en torno a la figura de esta especie de Scarface iraquí cuya historia es contada mezclando imágenes históricas de la guerra del golfo con la mejor escena de sexo que he visto nunca en una película, muy ayudada por el montaje y por la belleza de Ludivine Sagnier, que tampoco ha tenido una carrera muy grande pero que aquí clava su papel de mujer florero, porque tampoco es que aporte nada más. La acción no es espectacular ni la trama un increíble puzzle que encaje en los propios minutos, y de hecho, se desinfla cuando Latif se rebela y huye, pero sólo por el gran trabajo de Cooper, a quien creo que deberíamos ver más en la pantalla, merece la pena echar un vistazo a una de esas películas que por una razón u otra pasa desapercibida para el gran público y que sirve para pasar dos entretenidas horas sin buscar nada más que eso.
Para leer la ficha pulsa aquí.