‘La Gran Revancha’ – Un último combate

Como ya dije hace un par de días, pude verme en una sesión doble tanto La Gran Revancha como Plan de Escape. Las dos son cintas muy similares porque se apoyan en el reparto uniendo a dos grandes estrellas a las que los fans siempre habían querido ver juntos. La anterior nos mostraba a Stallone y Schwarzenegger en una cinta de acción, y esta vuelve a unir al primero de ellos con Robert de Niro, con quien ya trabajó en Copland.

Stallone y De Niro tienen en común que ambos interpretaron a los mejores boxeadores de la historia del cine, y durante años muchos se han preguntado quién ganaría, si Rocky Balboa o Jake La Motta, haciendo soñar a muchos con la idea de verlos juntos en un ring. De modo que cuando se anunció La Gran Revancha hubo a medias expectación y decepción, porque volvieron a surgir los comentarios de que ya estaban muy mayores para hacer nada relevante, y que hay que saber cuándo parar.  Lo cierto es que la película parte de esa idea.

Hace treinta años, los jóvenes boxeadores Razor y The Kid llevaron su enemistad al límite con una serie de combates. En los dos primeros quedaron empatados, de modo que el tercer encuentro determinaría quién sería el vencedor, pero inesperadamente Razor (Stallone) se retiró, haciendo que la revancha jamás llegase a suceder. Y durante años, ambos han estado alejados, pero sin olvidar ese cabo suelto en sus vidas.

Es una idea interesante, desde luego, y nadie mejor que ellos dos para interpretarla. Lo que muchos no quisieron entender de esta película es que nació como una comedia, en la que el esfuerzo físico queda en segundo plano con respecto al humor, y algunos incluso consideraron un insulto que un actor como Robert De Niro se “rebajase” a hacer este tipo de películas”. Da que pensar que el público, desde la comodidad de sus ordenadores portátiles, se ponga a juzgar que es lo que debería o no hacer un actor con su carrera, y critiquen que De Niro haya dejado de machacarse en papeles serios para divertirse un poco en este tipo de trabajos, ya que fue él quien se interesó en primer lugar por el papel y convenció a Stallone para participar.

Con eso en mente, nos encontramos ante una cinta sencilla y divertida, pero comedida y que sabe encontrar los puntos dramáticos de una forma bastante eficiente. Partiendo de imágenes de archivo y donde se utiliza CGI para rejuvenecer a los actores (y esto no es Benjamin Button, no hay presupuesto para hacer un trabajo de Óscar), se establece la enemistad y se les dedica dos historias a cada uno, repartiendo los minutos por igual entre ambos. Cierto es que la historia del personaje de Stallone parece sacada de Rocky, y que De Niro está desfasado, borracho y encantado con su personaje, y eso no tiene por qué ser un problema. Tenemos también a Kim Basinger como personaje florero que une a ambos boxeadores, y gracias a la cual entendemos más de su rivalidad, pero todo eso es secundario. Quizá lo peor sea el personaje del manager negro (y que es tan insoportable que me niego a buscar su nombre para la reseña), que sobra por completo en la película y hace que cada vez que hable me entran ganas de pegarle un puñetazo.

Lo único bueno de Manager Negro es cómo defiende a los boxeadores cuando la prensa se ríe de ellos, diciendo que no por cumplir sesenta años un hombre está acabado. A día de hoy vivimos obsesionados por la juventud, por las pieles tersas y las modelos de pechos pequeños, y parece que damos de lado a actores o actrices sólo porque estén mayores, incluso cuando un abuelo de setenta años como Stallone puede enviarnos a la otra punta de la habitación de un sopapo.

Aun así, sin él la cinta mejoraría mucho, y también lo haría si le hubiesen dejado a Stallone dirigirla, ya que hizo un gran trabajo en Rocky Balboa y esta película copia algunos de sus elementos, como el “videojuego” que les anima a regresar. Pero quitando esos detalles, y con escenas como la pelea vestidos de color verde o hasta el salto en paracaídas, La Gran Revancha es divertida, sencilla y fresca, un gran entretenimiento pensado para hacernos pasar un buen rato.

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