‘El Chip Prodigioso’ – Buen ejemplo de cine de los ochenta

Una de las ideas de la ciencia ficción menos explotadas es el llamado Espacio Interior. Cuando gran parte de las películas hablan de exploraciones planetarias, guerras interestelares o series alienígenas, darle la espalda y mirar hacia nuestro interior es una buena idea en busca de algo de originalidad. Pero dejando al lado las ideas filosóficas, centrémonos en la idea de entrar dentro de nuestro propio cuerpo, literalmente, y así sabremos de qué va ‘El Chip Prodigioso’.

En realidad no es más que un remake de Un Viaje Alucinante, una cinta de 1966 protagonizada por Rachel Welch en el que un grupo de científicos se sumergía en un cuerpo humano gracias a un ingenio llamado “miniaturización”. Spielberg y Joe Dante desarrollaron la idea para adaptarla a los ochenta, en una versión con bastante más humor y pocas pretensiones científicas a excepción de darnos un viaje por nuestro repulsivo organismo. Como concepto en sí es interesante, pero lo que no es tanto es la forma en la que lo llevaron a cabo.

Porque El Chip Prodigioso se va derrumbando conforme avanza la película, volviéndose cada vez más enrevesada y añadiendo personajes absurdos y estúpidos como Jack, el enfermizo protagonista que se ve invadido por Dennis Quaid, piloto de aviación convertido en voluntario para el experimento de miniaturización. Su humor facilón es insoportable y excesivamente gracioso, hasta el punto que lo único que quieres es que se calle, porque lleva un planteamiento interesante por otro camino. Casi parecen dos películas, con un Quaid que podría haber explorado mucho más el interior del cuerpo humano (al fin y al cabo es donde se centran los efectos especiales que le hicieron ganar el Óscar), pero que en su lugar nos lleva a perseguir a cowboys, convertir científicos en enanos cabreados y dispersarse sin remisión.

Dicho esto, queda claro que esta película es, como reza el título, un perfecto ejemplo del cine de los ochenta. Películas más optimistas y sencillas, de entre las cuales sólo perduraron las mejores, pero que estaban llenas de humor blanco y palabrotas que no escandalizaban a nadie. Los efectos especiales estaban al servicio de la historia, y a pesar de que muchas de ellas estaban hechas para lucirlos, no llegaban a saturar. Pero al contrario que La Jungla de Cristal, la más celebrada cinta de esa época, El Chip Prodigioso es la otra cara de la moneda: Una cinta anticuada y olvidable que si perdura en nuestra memoria es por los buenos recuerdos más que por sus aptitudes reales.

 Para leer la ficha de la película, pincha aqui