Últimamente, hacer cine no es fácil. Mientras preparaba la reseña de Garden State, vi que Zach Braff comentaba que muchos estudios se negaban a hacer películas como la suya, pequeños films independientes, porque estaban concentrados en invertir gran cantidad de dinero en ciertas películas. Los grandes Blockbusters parecen enormes pozos de dinero que han desarrollado una forma de ser no consumidas, sino devoradas por el público. Esto ha hecho que se desarrolle un prototipo de película de acción que “funciona” en taquilla, pero también, condena a otras muchas por el simple hecho de no cumplir con las expectativas.
Ese es el caso de ‘Dredd’.
Juez Dredd es un cómic británico acerca de un futuro distópico donde el crimen se ha adueñado de enormes urbes oscuras, controladas por fuerzas policiales que reúnen en una sola persona el papel de jueces, jurados y verdugos. No es la primera vez que este interesante concepto da el salto a la pantalla, ya que en 1995 tuvo una adaptación protagonizada por Sylvester Stallone que no fue del gusto de todos. En aquella época los cómics no estaban de moda, y las posibilidades de conseguir una adaptación fiel eran muy pocas.
Pero ahora, con la fiebre de los superhéroes colapsando todos los estrenos, un remake de Dredd era una buena idea, pero tenía que ser tomado más en serio. Para ello, se necesitaba capturar el marco brutal y salvaje de Megacity, y realizar una película clasificada como R para poder mostrar la sangre y la violencia a la que los Jueces se enfrentaban. Además, había que contar con un protagonista al que nunca se le ve la cara, lo que todo eso son pegas para crear un bockbuster. Esa es la razón por la que Dredd estaba también condenada a ser una película de bajo presupuesto, porque una cinta de tales características es incapaz de atraer a un público masivo.
Además, la forma de recibir las películas también se ha convertido en todo un circo. Hace poco, Rodrigo Cortés, director de cintas como Luces Rojas o Buried, comentó que existen dos clases de críticas. Las primeras salen en el momento del estreno de la cinta, con la promoción en su punto más alto, y que han formado ese fenómeno conocido como Hype. Esto hace que en blogs o páginas de críticas, las opiniones se polaricen. O algo es maravilloso o es una puta basura. Y las productoras quieren éxitos instantáneos, franquicias aseguradas desde el momento en el que se escribe el primer guión. Es por eso que a veces hay noticias un poco absurdas, como que Marc Webb no dirigirá Spiderman 4, pese a que aún no ha estrenado la segunda, o cintas malas y ridículas que se convierten en sagas imparables.
No es hasta que pasan varios meses y la película sale a la venta en Blu Ray y DVD, que las opiniones que surgen son más comedidas, menos ácidas. Esto se debe a que la gente es muy influenciable, y las ansias de comentar y destripar películas parece estar por encima de nuestro interés por disfrutar de ellas.
Dredd es una buena película. Su mayor virtud es que es un relato violento y desmedido de acción enclavado en un único escenario, una especie de Jungla de Cristal pensado para entretener con una orgia de disparos y explosiones. Baratos, sí, pero aceptables. Los efectos especiales sirven para darle al edificio donde transcurre la acción un aspecto opresivo y sucio seguramente inspirado en la ciudad de Kowloon. Un mundo donde no todo es blanco y negro y la justicia de los jueces es implacable. Karl Urban hace un buen papel, teniendo en cuenta que su expresividad se reduce a los movimientos de su mandíbula, pero la que destaca es la actriz Olivia Thirlby, quien interpreta a la novata Anderson en su primer día de prácticas. Ella carga con todo el peso dramático mientras el espectador ve a Dredd despejando el camino, y lo único que se le puede reprochar es el excesivo uso de la cámara lenta, justificada narrativamente, pero una de las pegas que Matrix introdujo en el cine de acción. Un menor uso de la cámara lenta tal vez le daría mayor contundencia y ritmo a la cinta, pero al margen de eso, poco hay que reprocharle. Se trata de una de esas cintas por las que a veces el público de los cómics pide: una adaptación honesta y divertida que no se queda a medias, sino que decide que ya que se han propuesto adaptar un cómic con unas señas de identidad claras, mejor ir hasta el final con ellas.
Pero claro, a día de hoy parece que no basta con que se trate de películas entretenidas y correctas. Se pide que sean grandiosas, que sienten las bases de una prometedora franquicia y que, además, superen las expectativas proyectadas en taquilla, cosa que no siempre ocurre. Por eso, Dredd lo tiene muy difícil para conseguir una secuela, y los objetos de la película fueron subastados en Ebay antes de que ésta se convirtiera en un gran éxito en el mercado doméstico. Tal vez, como con Riddick, las ventas le den de otra oportunidad a la historia de los jueces, pero eso no quiere decir que todas las películas necesiten una secuela, o ser increíbles, o una media de 8’5 en Filmaffinity. A veces sólo se necesita que las sean entretenidas, y Dredd lo es de sobra.
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#1 por OVER el 21 marzo, 2014 - 19:26
En otras películas de acción la cámara lenta se usa para destacar partes de una coreografía en cambio en Dredd se usa como una situación dentro de la trama, es como si se viera el mundo a través de la perspectiva de una bala.
#2 por robertoaraque el 21 marzo, 2014 - 23:25
Sí, eso suele suceder con las críticas. Dredd no es mala, a decir verdad me pareció interesante. A veces hay críticas por criticar, la película entretiene. Riddick es un caso aparte, ya es una película de culto.
#3 por trepamuros el 22 marzo, 2014 - 10:37
A mí me sorprendió mucho esta película. No tenía espectativas y me encontré un film sincero, directo y bien narrado. No es el peliculón del año, como tampoco es la basura que mucha gente no tardó en soltar. Sencillamente no es una película que siga los parámetros del blockbuster y eso a ojos de los espectadores acostumbrados a la pirotecnia visual de efectos especiales con historia y personajes nulos parece que no les llega. Lo malo del cine actual no es sólo que todo va prefabricado y ya nadie se arriesga, sino que los mismos espectadores se han cerrado a ese tipo de cine, olvidando que hubo una época mejor donde el cine era ingenio y calidad, además de efectos especiales. Dredd no pasará a la historia del cine, pero en un mundo de películas clónicas esquematizadas a más no poder y llenas de guiones avergonzantes, al menos es un film fresco, sin trabas y con ganas de entretener sin insultar la inteligencia del espectador.
Riddick en cambio no puedo valorarla igual. Tras tantos años esperando esta tercera entrega de la saga me quedé muy decepcionado y sorprendido por el resultado. El apartado técnico incluso inferior a Pitch Black y la historia picotea de las dos entregas anteriores, hasta el punto de convertirse en un clon descafeinado de la primera. Una oportunidad perdida para volver a los orígenes del personaje con algo nuevo y fresco.
#4 por Manuel espino el 23 marzo, 2014 - 03:37
La voy a tener que pillar, en todos lados hablan muy bien de ella, en su momento la deje pasar y por desgracia solo estuvo un fin de semana en cartelera en el cine al que voy.
#5 por Maximo Gutierrez el 25 marzo, 2014 - 04:59
realmente, es una de pocas películas que valen la pena,es dura y el protagonista muy al estilo Harry el sucio pero mas rudo,en lo muy personal siento que esta pelicula,con mas presupuesto, hubiese estado a la altura de un caballero de la noche, pero bueno,es solo mi opinion.