‘Capitán Phillips’ – Tom Hanks contra los piratas

«Mírame, mírame. Yo soy el capitán ahora.»

En los últimos meses apenas había tenido tiempo para poder ver películas. Estaba muy ocupado y con el ordenador a mano, porque siempre había algún póster que publicar, algún tráiler que compartir o alguna noticia de la que hacerse eco. Así que lo que he estado haciendo estos días ha sido ver muchas de las que tenía pendientes, y la primera de la lista ha sido ‘Captain Phillips’, la cinta de Paul Greengrass donde Tom Hanks se ve enfrentado a un grupo de piratas somalíes que secuestran su barco para pedir un rescate.

Siempre me había resultado curioso que hubiese pocas historias sobre los temidos piratas somalíes, que en los últimos años han estado muy activos. De ahí que me interesase mucho este proyecto no sólo por el toque realista de Greengrass que tan buenos resultados le dio con la saga Bourne, sino porque Tom Hanks es un actor buenísimo capaz de llevar su cuerpo al límite, algo cada vez más extraño en una época en la que incluso grandes películas de acción se graban en un estudio a puerta cerrada. La historia, por supuesto, se basa en el caso real de un capitán de barco estadounidense que se encontró rodeado de piratas que le tomaron por rehén, y si bien se han modificado algunas partes del relato (aunque no sabría decir cuáles), tenemos que tener claro que lo que vamos a ver es una película de acción, no un drama televisivo.

Con varias partes bien diferenciadas, Tom Hanks soporta el peso de la película durante todo el metraje, haciendo que te creas su actuación y alegrándonos de que un hombre con su talento haya decidido regresar a lo que mejor se le da: darnos ganas de aplaudirle. Lejos ya de Códigos Da Vincis, esto es un relato sin aristas, que va directamente del punto A al punto B sin perder tiempo en explicaciones. Quizá sobre un poco la primera escena donde vemos a Hanks saliendo de su casa para ir al barco, pero sirve para ponernos en situación. A partir de entonces la película juega magistralmente con la tensión y con el miedo que inspiran esos piratas famélicos y enloquecidos, una amenaza más real de la que muchos creen, y el director tiene el acierto de no retratarlos como villanos unidimensionales. Tras el asalto al barco principal, el capitán se ve arrastrado a un bote salvavidas con sus captores, que ponen rumbo a Somalia, y la escena se traslada a un espacio reducido donde la situación se torna insoportable, apoyándose sólo en las actuaciones y sin malabarismos técnicos ni efectos especiales, algo de lo que pecan la mayoría de producciones estos días.

Es cierto que muchos ven en Captain Phillips un ejercicio de propaganda yanki, pero creo que lo dicen porque los planos de los barcos y portaaviones de la marina nos recuerdan inevitablemente a Michael Bay, cuando en realidad no están ahí para demostrarte lo machos que son, sino lo ridículo de las armas de los piratas y su imposibilidad de triunfar. También creen que la parte final se alarga demasiado, pero esto se debe a que la tensión es para nosotros, como espectadores, lo mismo que para el capitán, tan horrible que lo único que quieres es que se acabe ya. En definitiva, una gran cinta que demuestra que incluso en tiempos de crisis creativa, sí que hay buenas películas esperando ser disfrutadas (o sufridas), y que Hanks no se ha relajado en absoluto. Intentaré ir trayendo más reseñas en los próximos días, algunas de las cuales como ya he dicho, he ido postergando por falta de tiempo y entre las que seguro que habrá varias más de este gran actor.

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