El 31 de marzo de 1999 (23 de junio del mismo año en España) se estrenó una de las joyas de la ciencia ficción que nos ha dado el cine en los últimos tiempos. Con fanboys y detractores a partes iguales, The Matrix desató en las pantallas de cine una revolución visual y un replanteamiento en el género debido a la forma y realización de los efectos especiales que se hacían hasta la época. No en vano se alzó con 4 estatuillas en los premios Oscar, algo dificil para una obra de este género (Star Wars llegó a alzar 7, y Terminator 2 se quedó con 4 de igual forma). Llegó cargada de aquel maravilloso efecto llamado Bullet-time -o una reinvención del mismo, una evolución- y nos dejó a todos boquiabiertos en nuestros asientos. Pero no solo por esto logra hoy ser parte de un artículo cinéfago, eso solo fue la punta del iceberg de un film que con el tiempo se transformaría en uno de los que más calaría en la mente de los seguidores del cine de ciencia-ficción.
Hablamos de la obra más destacable del dúo de los hermanos Wachowski. El legado que ha dejado en la historia del cine este film es indiscutible. Se convirtió en un film de culto instantáneo, de visionado obligatorio para cualquier seguidor del género literario del cyberpunk y de los cinéfilos adeptos al sci-fi. Llegó en un momento en que se necesitaba un soplo fresco de originalidad, y logró su cometido con creces, dejándonos un buen sabor de boca para lo que constituiría una trilogía y un mercado en masas alrededor de esta (animes, comics, videojuegos), con sus aciertos y muchos desaciertos que desvirtuaron o afianzaron la visión original del film. Eso podría corresponder a tema de otra entrada, ya que en la actual me basaré exclusivamente en The Matrix, en conmemoración de su décimo aniversario en nuestra cultura cinéfaga. Este es un homenaje a ese primer film que nos transportó a un mundo e historia alucinante.
No son pocos los que opinan que los Wachowski copiaron a muchos autores, que no es una historia ni remotamente original de su puño y letra, y hasta los acusan de plagio. Y yo sinceramente creo -en mi visión particular y haciendome responsable de mis pensamientos y artículos plasmados en Tierra de Cinéfagos– que este film bebe de tantas fuentes, que es obvia la similitud con decenas de obras, tanto de la literatura, como del Manga, –aquellas historietas caprichosas tan profundas y caóticas que nos vienen de la mano de los genios nipones-. Y no es un misterio, está comentado por sus mismos creadores. Pero es que la originalidad en este caso se basa en haber podido construir una historia sólida, cautivadora, y llevarla a la gran pantalla transmitiendo la verdadera esencia de un mundo post-apocalíptico dominado por las máquinas, y que todos formamos parte de un ente en común que domina nuestros pensamientos, nuestra supuesta realidad, y todo con una credibilidad escalofriante, con un ritmo frenético y una carga filosófica poco común. Quizás esto se haya realizado en el cine con anterioridad, pero la fuerza de un argumento como el de Matrix difícilmente lo conseguíamos en esta rama del género y en ese momento de la historia -y no lo comparemos con Dark City, por favor, no cometamos por enésima tal sacrilegio-. Ni el mismísimo William Gibson lo hubiese canalizado de esta forma cuando se le ocurrió escribir su obra más famosa (Neuromante) y la culpable directa de este fenómeno llamado “la Matriz”. La influencia directa que viene del manga, se lo debemos a la obra de Masamune Shirow, Ghost in the Shell -transformado tiempo después en un Anime con 2 películas en su haber, una serie con 2 temporadas de 26 capítulos cada una, una OVA, y hasta 2 videojuegos-. Estas similitudes no le restan el más mínimo mérito, porque a pesar de tener una trama basada en la Inteligencia Artificial, en la interconexión de los seres humanos a entes informáticos, a la manipulación y «hackeo» cerebral, son obras totalmente diferentes que nos plantean las consecuencias de nuestra evolución tecnológica. Además, encuadrar el tema tan amplio que nos relata el anime es mas sencillo si cuentas con el recurso del dibujo animado y de la infinidad del metraje de las series para lograr la narrativa correcta, con sus subtramas, nudos y desenlaces (por algo la obra es tan extensa). Y es que, si se considerara plagio, los autores de ciencia-ficción lo tendrían totalmente crudo con respecto a Asimov -y cabe destacar que Matrix también recibe su total dosis de este increíble autor- y cualquiera que se plateara el uso de la IA, el término “robótica”, o el tema de la interconexión mental en sus novelas o guiones. Otros detractores nombran al escritor polaco Stanislaw Lem como la base del supuesto plagio de los hermanos Larry y Andy Wachowski. Vamos, otro que «tomó prestados» diversos temas de sus novelas de, ejem, adivinas, el Señor Isaac Asimov.
Aparte de las similitudes con obras de ciencia ficción pasadas, hubo un caso bastante curioso que llegó hasta los tribunales de los EEUU. Las acusaciones de plagio provenían de Sophia Stewart, una supuesta escritora que afirmaba que la historia original de los hermanos Wachowski era obra de su corto “The Third Eye”. Cabe destacar que en la demanda no solo estaban implicados los creadores de Matrix, sino que metió en el paquete al todopoderoso James Cameron, acusándolo de que Terminator 2 también era obra de su autoría, ¡y del mismo escrito!. Vamos un genio de la ciencia ficción que el mundo nos ha negado el placer de conocer. No tengo que mencionar que la demanda se cerró a favor de los directores, debido a falta de pruebas. Igual aún se consigue en la red artículos falsos que aseguran que en el 2008 Sophia Stewart ganó el juicio…tanto con el guión de Matrix como el de Terminador 2. Sin comentarios. Obviamente ninguno proviene de una fuente confiable, y ha quedado como una leyenda urbana de la red de redes, como los casos de Iker Jiménez.
Una mezcla de informática, misticismo, artes marciales, creencias religiosas-filosóficas-mitológicas, con una gran dosis de acción, son la base de Matrix. Todo realizado con un cuidado y detallismo digno de un director como Ridley Scott, y no de dos chavales «prácticamente» novatos en aquel momento de sus prolíferas carreras. A pesar de que los efectos especiales son uno de los pilares en esta producción -y cambiaron las concepciones y los limites de cómo crear dichos efectos en el séptimo arte hasta la fecha-, están totalmente al servicio de la historia, y no son la historia per se. Es un film que podría ser creíble en cierto modo: Un futuro aterrador, consecuencia de la ambición y la capacidad de hundirnos nosotros mismos como seres humanos. Esto mezclado a un mundo virtual donde las leyes se tuercen, se modifican, se expanden, según la conveniencia del individuo y la capacidad de este de estar consciente de la manipulación, hacen un universo e historia interesante y rica en contenido. Todo esto contado con una secuencia perfecta, un comienzo arrollador e inquietante, poco a poco nos va desvelando el misterio del «What is the Matrix?». Sin olvidarnos que es un film de ciencia ficción, intenta ser lo mas creíble que pueda llegar ser un tema como el tratado: ¡Es que hasta el vuelo de Neo tiene razonamiento lógico! (si nos basamos en la informática y como deberían viajar los paquetes en las conexiones), y hasta el por qué utilizar solo conexiones analógicas al querer viajar de Matrix a la cruda realidad. Una obra pensada, que intenta no dejar cabos sueltos pero si muchas incógnitas que te invitan a adentrarte en su mundo. A esto le sumamos una calidad en la fotografía y puesta en escena impactante (que nos hace recordar a tiras de comics en ciertos pasajes), y una banda sonora mas que acertada – épico Wake Up de los RATM y Spybreak! de Propellerheads-, y tenemos una obra épica de la cinematografía. En pocas palabras, es un film 100% Hollywood donde no nos quisieron ver la cara de tontos.
Por infinidad de foros en la basta e inagotable Internet se pueden apreciar discusiones y conatos de tesis sobre supuestos significados, guiños y cameos que tiene el film original. La mayoría no son más que chorradas de muchos fanáticos con tiempo para comerse la cabeza, hipótesis que ni han sido confirmadas ni negadas (en beneficio para sus creadores, que cabe destacar guardan mucha reticencia en cuanto a todo lo referente al argumento del film). La obra como tal ya es de por si una joya, pero no se puede negar el hecho de que los Wachowski lograron la meta de que se creara un universo Fantástico con todo lo relacionado a Matrix. Desde el uso de los nombres de los personajes principales -Morpheus, Neo, Trinity, Cypher, el Oráculo- con su carga mitológica y religiosa, la infinidad de detalles informáticos -el número de piso donde vive Neo lleva su referencia binaria, el software que utiliza Trinity al principio para lograr la conexión con Morpheus-, hasta los guiños a cuentos infantiles -Trinity y Morpheus hacen referencia a Alicia en el País de las Maravillas, Cypher a el Mago de Oz-. Hay cientos de explicaciones alternativas, que van desde el uso de los colores, hasta la diferencia entre las gafas que utilizan los personajes buenos con la de los malos. Relatar todas las curiosidades del film haría esto un artículo extenso, tedioso, y que no aportaría nada a lo que ya se puede conseguir navegando un poco por google, y magníficamente ya recopilado por fanáticos de la obra. Solo se ha visto un fenómeno parecido en el cine de ciencia ficción con un solo film, «A new hope», conocido también como Episodio 4 de Star Wars. Me refiero al primer film como tal, el comienzo de una serie de seguidores mundiales: Todos sabemos que no se puede comparar el fanatismo engendrado por la gallina de los huevos de oro del Señor George Lucas, con el de la saga de Matrix (y ni mencionemos Star Trek).
Independientemente de las opiniones negativas o positivas que podamos tener sobre «The Matrix», es una obra que no dejó indiferente a ningún espectador cuando asaltó nuestras pantallas. Creó un colectivo de seguidores incondicionales, ayudó a dar a conocer un género literario no lo suficientemente explotado hasta la fecha en el cine (ciberpunk), hizo interesar a una masa de seguidores en aprender sobre conocimientos informáticos, y hasta de teoremas científicos como los planteados por investigadores de la talla de Hans Moravec. En resumen: marcó historia. Y es que nadie puede negar que en el cine contemporáneo, tenga su puesto asegurado como obra imprescindible, con frases y momentos que serán recordados una y otra vez por los seguidores del género. Y el que diga lo contrario, le comento que…I Know Kung-Fu.
You think that’s air you’r breathing now?
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#1 por Gab el 17 septiembre, 2009 - 16:52
jajajajajajajjj
¿Os acordáis del «Penumbra»? Este personajillo rondó las emisoras de radio y TV hace más de una década y afirmaba que «Thriller» era un plagio de M. Jackson de su tema «Pesadillas». Pues lo mismo. jiejiejiejiejeijjjj
En general, comparto la opinión vertida en este artículo. Ni siquiera el polémico parecido cuadro-a-cuadro con «Dark City» impide que «Matrix» fuera la culminación de la confluencia de un montón de corrientes de pensamiento, escritos, diseños, obras audiovisuales, etc.
#2 por Karelia el 17 septiembre, 2009 - 18:07
Un post estupendo Minos.
Y vaya que marcó época la película, y por eso merece estar entre las recordadas en mucho tiempo. Siempre habrá un antes y un después con esta película.
#3 por Kiltro el 19 septiembre, 2009 - 02:24
Cuandi vi esta película en el cine, yo salí mudo.
No asi el amigo con quien al vi, tirandose la frase para el bronce «que mala pelicula, mejor nos comprabamos cervezas con la plata». Yo, pensaba distinto, pero seguía mudo, maravillado y con esa excitación que te hace querer hacer todo, incluso aprender Kung Fu.
Saludos.
PS: Vaya, hoy me sorprendieron con las opciones de evaluación de contenido. Aguante cinéfagos!, Saludos!.
#4 por Snake el 19 septiembre, 2009 - 02:26
Es algo que acabo de instalar hace unos minutos. Tambien se puede votar los posts publicados.