Joseph Chesire Cotten, nació en Petersburg, Virginia, el 15 de mayo de 1905, y fue el mayor de los tres hijos de un matrimonio perteneciente a la alta sociedad, compuesto por Sally Bartlett y Joseph Cotten.
Realizó estudios de interpretación en la Hickman School, en Washington D.C. Colaboró como crítico cinematográfico en el Miami Herald, e hizo publicidad y trabajó para medios radiofónicos, hasta debutar como actor en Broadway, en el año 1930.
Desde su debut teatral, hasta su primer papel para el cine, pasó una larga década, en la que sus trabajos fueron numerosos y protagonizó famosas obras, tales como, “Jezabel”, “Julio César”, “Historias de Filadelfia” (dando la réplica a Katharine Hepburn), y “Sabrina Fair”.
Fue en este medio donde conoció a John Houseman y Orson Welles, asociándose con ellos para la creación del Mercury Theater, en 1937.
Esta asociación, y la amistad que se generó entre Cotten y Welles, fue la que dio el giro definitivo a su vida y a su carrera. Orson Welles se trasladó a Hollywood, y convenció a su amigo para que le acompañara. Cotten gozaba ya de buena fama como actor en Broadway, pero no se lo pensó, y debutó en el cine, de la mano de Wells, en 1941, en su ópera prima “Ciudadano Kane” (podréis acceder a un amplio comentario sobre esta película, pinchando aquí), en donde interpretaba a Jedediah Leland, el hombre de confianza de un magnate del periodismo (papel interpretado por Orson Welles), cuyo despotismo le obliga, a pesar de su lealtad, y de la admiración que siempre ha sentido por el, a abandonarlo.
En la película trabajaron varios actores de la compañía que habían fundado (Mercury Theatre), y en el caso de Cotten, su impecable actuación, en la, considerada una de las mejores películas de la historia del cine, fue decisiva como lanzamiento de su carrera cinematográfica, dándole un gran prestigio como actor.
Ese mismo año, firmó un contrato por siete años, con el magnate de la industria David O. Selznick, que finalizó en 1948.
Al año siguiente rodó dos películas, una de ellas, “El cuarto mandamiento”, basada en una novela de Booth Tarkington, que ganó el premio Pulitzer en el año 1919, dirigida también por Welles, en su segunda labor como realizador. En ella se narraba la historia de una saga familiar, la de los Amberson, magnates del mundo del automóvil, en la que Cotten encarnó a Eugene Morgan, un triunfador al que le sonríe su vida profesional, pero que la sociedad y las circunstancias en las que se mueve, le impiden casarse con la mujer de la que está enamorado. Ese papel, en una nueva faceta, le consolida definitivamente en el mundo del cine.
En 1943, Hitchcock se fijó en el para interpretar al inolvidable malvado de “La sombra de una duda”. Su composición del tío Charlie, carismático y encantador, que oculta bajo su sonrisa una oscura carrera criminal, demostró una vez más su versatilidad.
En “Luz que agoniza”, de 1944, coincidió por primera vez en el reparto con Ingrid Bergman (se encontrarían nuevamente en 1949, dirigidos por Alfred Hitchcock, en “Atormentada”), y aunque su papel resultaba secundario frente al de los dos protagonistas, y no obtuvo ninguna nominación por el, su trabajo fue impecable.
“Duelo al sol”, la rueda junto a Jennifer Jones y Gregory Peck, en 1946, a las órdenes de King Vidor, en una producción de O. Selznick, (amante y protector por entonces, de la Jones). Su papel en esta apasionante y pasional película, es el contrapunto a la visceral pareja interpretada por Peck y Jennifer Jones.
“El tercer hombre” (1949), dirigida por Carol Reed, lo reunió nuevamente en la pantalla con su amigo Orson Welles. En esta mítica película, de escena final inolvidable, interpreta a Holly Martins, un escritor norteamericano de novelas policíacas, que se desplaza a Viena reclamado por un amigo de la infancia, y que se ve inmerso desde su llegada, en una enrevesada trama. Cotten vuelve aquí a componer con su sobriedad característica, la imagen del hombre íntegro, que llega a traicionar a su amigo al saberlo culpable de execrables crímenes, aún a costa de granjearse el desprecio de la mujer que quiere.
Durante esta década había trabajado a las órdenes de William Dieterle, en títulos de corte romántico, como “Te volveré a ver” (1944), y “Cartas a mi amada” (1945), hasta llegar a colaborar con el, en 1949, en una pequeña gran obra como lo es “Jennie”, en donde volvió a reunirse con Jennifer Jones, esta vez formando con ella, la pareja protagonista. En la película, Cotten es un pintor que no logra vender ninguno de sus cuadros, y que un día conoce en un parque a una niña vestida de una forma extraña, pero que resulta ser encantadora, y de la que se hace amigo. Le pinta un retrato, que después consigue vender. Poco tiempo más tarde vuelve a ver a la niña, pero esta ya no es tal niña, y se ha convertido en una mujer. Este sencillo argumento, pero tan bien contado, que lo convierte en una joya de la cinematografía, permitió que Cotten realizara una de las mejores interpretaciones de su carrera, por el que consiguió su único gran premio, en el Festival de Venecia de aquel año.
Definitivamente, los años 40 fueron la etapa más brillante de su carrera, pues acabado su contrato con Selznick, (un productor que elegía esmeradamente sus producciones), su carrera entró en una etapa mucho más irregular. En la siguiente década alterna el cine con el teatro y la televisión (creó su propia productora), pero aún participa en títulos de renombre, como “Niágara” (1953), de Henry Hathaway, un tórrido melodrama, en el que trabaja al lado de Marilyn Monroe interpretando el papel de su marido.
En 1958, trabajó por última vez bajo la dirección de Orson Welles, haciendo un pequeño cameo en “Sed de mal”, protagonizada por Charlton Heston. La amistad les unió a Cotten y a Wells toda su vida, pero la carrera de ambos, que despegó junta, y parecía destinada a seguir unida en una serie de colaboraciones, no evolucionó de igual manera para los dos. A Orson Welles, un genio adelantado a su timorata época, la industria de Hollywood le fue dando la espalda, y en cambio, a Cotten se le reclamába continuamente para interpretar papeles de corte clásico, a los que aportaba su distinguida y agradable presencia, aparte de sus sobrias composiciones.
Los años 60 y 70, ya en plena madurez, trabajó en algún que otro film destacable, como “Canción de cuna para un cadáver” (1964), de Robert Aldrich, junto a Bette Davis y Olivia de Havilland, pero también en films de serie B, como “El abominable doctor Phibes” (1971), un film de terror, en clave de comedia negra, con Vicent Price como compañero de reparto, en donde interpreta al inspector Trout. También participó en superproducciones como “Aeropuerto 77”, y “Tora! Tora! Tora!”.
Uno de sus últimos trabajos para el cine, minada ya su salud, por problemas cardiacos, fue en “La puerta del cielo” (1980), de Michael Cimino.
En su vida amorosa tan sólo se conocen dos mujeres, a las que dedicó buena parte de su vida: Su primera esposa, Leonore Kipp, que era pianista de profesión, y con la que se casó en 1931, permaneciendo juntos hasta la muerte de ella en el año 1960, y Patricia Medina, actriz de no mucho renombre, con la que contrajo matrimonio en 1960, durando esta unión treinta y cuatro años, hasta el fallecimiento de Cotten.
Contando en su filmografía con excelentes interpretaciones en algunas de las películas más importantes de la historia del cine, Cotten nunca fue tenido en cuenta por la Academia de Hollywood en las nominaciones a los Oscar, y tampoco le fue concedido ningún Oscar honorífico por su carrera.
Tras una larga lucha contra el cáncer, falleció de neumonía, el 6 de febrero del año 1994, en Westwood, California (USA).
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Para ver su filmografía completa, pincha aquí
#1 por Phibes el 21 octubre, 2008 - 11:38
Un grande del cine, de esos que hacían bien su trabajo.
Soberbio final el del «El Tercer Hombre», maravillosa película «Historias de Philadelphia» (por todo) y antagonista de lujo para el Dr. Phibes.
Da gusto repasar la historia del cine con tus entradas, Swanson.
#2 por eljinetepalido el 21 octubre, 2008 - 14:22
Felicitaciones por la entrada. El recuerdo de uno de los grandes siempre es de agradecer.
VINCENT PRICE & JOSEPH COTTEN: Dr. PHIBES ¡¡¡QUE MARAVILLA!!!
#3 por Mr. Lombreeze el 23 octubre, 2008 - 13:02
Qué actorazo, madre mía. En «El tercer hombre» (mi peli favorita de toda la Historia del cine), está genial. Envidiable filmografía.
#4 por Rocío el 6 noviembre, 2008 - 23:02
Hola! estoy buscando Jenny y Cartas a mi amada para una tía mía. ¿sabe alguien dónde localizarlas? ( no las estoy encontrando) Mil gracias!