John Uhler Lemmon, nació en Boston, Massachusetts, el día 8 de febrero de 1925.
El padre de Lemmon era el presidente de la Doughnut Corporation (la fábrica de Donuts), por lo que la situación económica de la familia era excelente.
Sus primeros estudios los realizó en la escuela de Rivers County, en Chestnut Hill, continuando su educación en la Academia Phillips. Se matriculó en 1945 en la Universidad de Harvard, donde se licenció en arte dramático en 1947, habiendo formado parte durante aquellos años del Club de Teatro de la institución.
También en 1945 había ingresado en la marina de los Estados Unidos, en la que llegó a ser oficial de comunicaciones.
Con el dinero que le proporcionó su padre, se trasladó a vivir a Nueva York, y comenzó a trabajar en el Old Nick Saloon, un local de la segunda Avenida en el que se continuaban proyectando películas mudas, a las que acompañaba Lemmon al piano, al que siempre había sido muy aficionado.
Consiguió trabajos en radio y en teatro, pero lo que realmente impulsó su carrera hacia Hollywood, fueron sus participaciones en los famosos show televisivos de aquella época. Apariciones en “Studio One”, “Playhouse”, “Don Ameche Show”, “Robert Montgomery Presents”, etc., le llevaron a ser contratado en comedias que se emitían en directo, y que dieron a conocer su rostro. En una de esas comedias coincidió con la actriz Cynthia Stone, con la que se casó en 1950, y de la que tuvo un hijo en 1954. Se separaron en 1956.
Comenzó a actuar en Broadway, y cuando llevaba haciéndolo poco más de un año, Harry Cohn, de la Columbia Pictures, lo citó en los estudios para una entrevista. De ella surgió su primer contrato cinematográfico. También de esa entrevista surgió una anécdota que ha trascendido hasta el presente: Cohn le aconsejó que cambiase las “emes” de su apellido por “enes”, porque remitían demasiado al fruto cítrico, pero se negó a ello, estando de acuerdo, sin embargo a pasar a llamarse Jack en lugar de John. Lo anecdótico no estuvo en aquel momento puntual, si no unos años más tarde, cuando, de haber cambiado su apellido, y no su nombre, hubiera coincidido con uno de los componentes del grupo The Beatles, “John Lennon”.
Su primer trabajo para el cine, fue junto a Judy Holliday en “Una rubia Fenómeno” (1954), dirigida por George Cukor, y ese mismo año, también con Holliday como pareja, lo hizo en “Phffft”, de Mark Robson.
Un año después, su interpretación como secundario en “Escala en Hawai”, una comedia teatral de Joshua Logan, dirigida en principio por John Ford y acabada por Mervyn Leroy, le proporcionó su primer Oscar. A partir de aquí, la carrera de Lemmon fue un continuo ascenso, y su apariencia de hombre normal y corriente, cada vez más familiar y bien acogida por los espectadores.
Dotado para la comedia, siguió trabajando en este género el resto de la década de los 50. Títulos como “Mi hermana Elena” (1955), de Richard Quine, o “Me enamoré de una bruja” (1958), del mismo director, lo llevaron a su primera toma de contacto con el maestro de la comedia Billy Wilder, que lo reclamó para formar parte de la ahora mítica “Con faldas y a lo loco” (1959), en la que daba vida a un violonchelista que se traviste para huir de una banda de mafiosos, y que protagoniza memorables escenas al lado de Tony Curtis y Marilyn Monroe. Su interpretación en la genial parodia sobre el cine de gansters, se vio recompensada con otra candidatura a los Oscar.
Ese primer encuentro con Wilder, le llevaría a trabajar a sus órdenes en otras seis ocasiones.
Al año siguiente, 1960, lo hace por segunda vez, y protagoniza, junto a Shirley McLaine, la agridulce comedia titulada “El apartamento”, otra de las grandes obras de Billy Wilder. También esta vez es candidato al Oscar por su trabajo.
Dando un giro a sus registros como actor de comedia, en 1962 interpreta a un alcohólico en la dramática “Días de vino y rosas”, de Blake Edwars, teniendo como pareja a la excelente Lee Remick., y consiguiendo también una candidatura en los Oscar de aquel año.
Con “Días de vino y rosas”demostró su versatilidad, aunque prefiriera seguir protagonizando comedias.
“La misteriosa dama de negro”, de Richard Quine, film que protagonizó también en 1962, teniendo como compañera a la actriz Kim Novak, fue una comedia de intriga que no alcanzó la repercusión de su otra película de aquel año a pesar de ser un film muy recomendable. Quine, con quien ya había trabajado anteriormente, y era un buen director de comedias, aunque no llegaba a poseer el extraordinario talento de Wilder, le llegó a dirigir en un total de seis films.
El mes de agosto de aquel año, volvió a contraer matrimonio con otra actriz, Felicia Farr, con la que tendría dos hijos más. Permanecieron juntos casi cuarenta años, hasta la muerte de Lemmon.
Nuevamente con Billy Wilder, y teniendo otra vez como compañera a la McLaine, encarna a Néstor Patou, un policía que se enamora de una prostituta, en la deliciosa comedia musical (la segunda de las dos que dirigió Wilder de ese género durante su carrera; la otra fue “El vals del Emperador”, rodada en 1947), “Irma, la dulce”, de 1963. Fue un excelente trabajo de Lemmon, aunque esta vez no se viera recompensado con ninguna candidatura.
En “Adán también tenía su manzana”, de 1963, y “Préstame a tu marido”, del 64, estuvo dirigido por David Swift.
Protagonizó en 1965, “La carrera del siglo”, nuevamente bajo la batuta de Blake Edwars, esta vez en una hilarante comedia que lo volvió a reunir con Tony Curtis en el reparto, que completaban Peter Falk y Natalie Wood.
También en 1965 rodó “Como matar a la propia esposa”, dirigido nuevamente por Quine, y teniendo como compañera a Virna Lisi, en una brillante comedia en la que interpretaba a un famoso dibujante de comics amante de la soltería, que se ve casado por accidente con una bella italiana. Su trabajo fue excelente en esta película.
En el 66 vuelve a trabajar con Billy Wilder en la película “En bandeja de plata”. Su compañero en esta ocasión sería Walter Matthau. Wilder contaba con contratar a Frank Sinatra para el papel de Matthau, pero Lemmon, que lo había visto actuar en Broadway, en la comedia de Neil Simon, “La extraña pareja”, que protagonizaba junto con Art Carney, y dirigía Mike Nichols, estaba convencido de que el personaje y Walter Matthau, estaban hechos el uno para el otro. Aunque con reticencias, Wilder decidió hacer caso a Lemmon, y la película fue un éxito. Volverían a formar pareja en otros dos films posteriores del director.
Aunque no dirigidos por Wilder, protagonizaron en 1968 “La extraña pareja”, de Gene Saks, una adaptación para la pantalla de la obra en la que había trabajado Matthau. Su nueva unión representó otro gran éxito. Inolvidables sus caracterizaciones de Félix Ungar (Lemmon), y Oscar Madison (Matthau). También representó para los espectadores, la confirmación de estaban ante la pareja que más química había desprendido en toda la historia del cine. Dos talentos de la comedia, actuando el uno para el otro.
La década de los 60 la cerró con el film “Locos de abril” (1969), de Stuart Rosenberg, una aburrida comedia romántica, que contaba con un buen y desaprovechado plantel de actores (Catherine Deneuve, Peter Lawford, Charles Boyer y Myrna Loy), que no aportó ninguna gloria a su carrera.
Los setenta inician su madurez interpretativa, y sin abandonar la comedia, realiza incursiones en un cine más comprometido. También se decide a ponerse detrás de la cámara, y en 1971 dirige el que sería su único film como realizador: “Kotch”. La protagonizó Walter Matthau, y la mujer de Lemmon, Felicia Farr, interpretaba otro de los papeles. La película, un drama social, fue acogida discretamente por crítica y espectadores, pero el gran trabajo de Matthau, lo llevó a optar al Oscar al mejor actor de aquella edición.
A Lemmon en esos años, pudimos verle entre otras películas, en: “¿Qué ocurrió entre tu padre y mi madre?” (1972), otro de sus trabajos para Wilder, “Salvad al tigre” (1973), de John G. Avildsen, por la que consiguió su segundo premio Oscar, en esta ocasión al mejor actor, al interpretar a un hombre agobiado por multitud de problemas, “Primera plana” (1974), de Wilder nuevamente, y formando pareja con su amigo Walter Matthau, “El prisionero de la segunda Avenida” (1975), de Melvin Frank, un drama en el que tuvo como compañera a la sugestiva Anne Bancroft, en la catastrofista “Aeropuerto 77” (1977), de Jerry Jamenson, o en la película de suspense “El síndrome de China”(1979), junto a Michael Douglas y Jane Fonda, y por la que de nuevo fue nominado al Oscar.
Se prodigó menos en las dos siguientes décadas, pero pudimos verle en films como: “Aquí un amigo” (1981), el último tandem Wilder-Lemmon- Matthau, puesto que el director decidió que esta sería la película que cerrara su carrera, “Mising” (Desaparecido), de 1982, película dirigida por Constantin Costa Gravas, en la que interpretaba al padre de un desparecido durante los desórdenes posteriores al golpe de estado de Pinochet, que intenta averiguar lo que le ha sucedido a su hijo, y que le valió otra nominación Oscar, “Mi padre” (1989), de Gary David Goldberg, “JFK”(1991, de Oliver Stone, “Glengarry Glen Ross” (1992), de James Foley, “Vidas cruzadas” (1993) de Robert Altman, “Hamlet”, de Kenneth Branagh, y “La extraña pareja, otra vez” (1998), de Howard Deutch, en la que se reunió por última vez en la pantalla con Walter Matthau, en una especie de despedida del maravilloso binomio que habían formado (Matthau falleció el 1 de julio de 2000).
Lemmon se mantuvo en activo hasta el año 2000, haciendo colaboraciones para televisión.
Falleció el 21 de junio de 2001, víctima de un cáncer, a la edad de 76 años.
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Escena final de «Con faldas y a lo loco», protagonizada por Jack Lemmon
Para ver su biografía completa, pincha aquí
#1 por Briony el 3 octubre, 2008 - 00:44
Era capaz de provocarme las más sonoras carcajadas (y pienso en «Con faldas y a lo loco», «El apartamento», «La extraña pareja» o «La carrera del siglo»), como de ponerme el vello de punta (y ahora pienso en «Días de vino y rosas» o «Mising).
«Nunca podré tener hijos…»
Un excelente actor