«Bloody Sunday (Domingo Sangriento)» – Alimentando tempestades

El 30 de enero de 1972 más de 15.000 personas se manifestaron en Derry (Irlanda del Norte) en contra del internment, medida por la cual se podía encarcelar a cualquier sospechoso de pertenencia al IRA sin que mediara un juicio que lo demostrara que provocó la encarcelación de cientos de personas, muchas de ellas inocentes.

La Asociación de Derechos Civiles, encabezada por el parlamentario Ivan Cooper, convocó la protesta para aquella tarde, una protesta en pro de la libertad y en contra de la violencia tal y como preconizaban Ghandi o Martin Luther King. No hay que olvidar que, por aquella época, el IRA todavía era una organización con poco peso dentro del conflicto.

La manifestación recorría las calles del barrio de Bogside seguida atenta y amenazadoramente por miembros del ejército británico que tenían órdenes de no permitir que los manifestantes llegaran hasta el Ayuntamiento de la localidad. La cabecera de la protesta decidió cambiar el itinerario para evitar disturbios, pero un pequeño grupo de manifestantes se desgajó del núcleo principal y se enfrentó a las tropas británicas, situadas tras una barricada, lanzándoles piedras.

De nada sirvieron el agua a presión, las balas de goma o los gases lacrimógenos para dispersar a los alborotadores (muchos de ellos chavales de tan solo 17 años), así que el cuerpo de paracaidistas entró en acción disparando indiscriminadamente no sólo a los muchachos que lanzaban piedras, sino a cualquier persona (hombre, mujer o niño) que se pusiera a tiro.

Tras 20 minutos de caos y sangre, 13 personas murieron y 30 más resultaron heridas (una de ellas falleció meses después). Esta masacre conocida desde entonces como “Domingo Sangriento”, provocó el alistamiento masivo en las filas del IRA con el recrudecimiento posterior de los actos violentos en el Ulster.

Y esto es, ni más ni menos, lo que Paul Greengrass recrea con feroz realismo en “Domingo Sangriento” (2002), película ganadora del Oso de Oro (junto a “El viaje de Chihiro” de Hayao Miyazaki) en el Festival de Berlín de 2002 y del Premio del Público en el de Sundace del mismo año.

Como ya sucedía en la excelente “United 93” (2006), en la que se narraba el secuestro del vuelo 93 de la United Airlines durante aquel terrible 11 de septiembre de 2002, Greengrass también utiliza un tono cercano al documental para desgranar qué sucedió ese día a través de la mirada de varios de los protagonistas: el citado Ivan Cooper, un joven de 17 años que ha sufrido en sus propias carnes el internment y está enamorado de una protestante, el desbordado comandante del ejército británico que debe controlar la manifestación y un soldado del cuerpo de paracaidistas que contempla atónito lo que ocurre.

“Domingo sangriento” deja mal cuerpo después de su visionado, puesto que las imágenes desgarradoras y sobrecogedoras (rodadas cámara al hombro con una espléndida meticulosidad y alejadas de sensiblerías engañosas) de las que somos testigos impotentes consiguen trasladarnos a ese día y sentir (con un nudo en las tripas) lo que es correr sabiendo que, en cualquier momento, una bala puede cercenar tu vida o la de tus seres queridos.

Greengrass presenta los hechos tal y como acontecieron para que cada uno de nosotros extraigamos nuestras propias (e incómodas) conclusiones. Obviamente nuestras “simpatías” se dirigen a las víctimas y sus familiares, pero ello no impide que sintamos una cierta lástima por aquellos soldados británicos adiestrados en el odio tras haber visto como otros de sus compañeros han caído y que desean vengarse de esas muertes, aunque sus actos sean desmedidos, cobardes y crueles. En este sentido, el personaje del soldado que no entiende por qué y contra qué infundada amenaza se está disparando pero que termina por mentir en la investigación posterior, es un claro ejemplo de la espiral de sangre en la que los soldados del ejército británico se hallaban a las órdenes de verdaderos carniceros.

La investigación llevada a cabo tras ese incomprensible día pretendió justificar lo injustificable concluyendo que existía un peligro real para los soldados, ya que algunos terroristas del IRA habían utilizado armas de fuego. Lo que no explicitaba la investigación es que esos terroristas (creo que conté sólo dos) fueron inmediatamente neutralizados por el resto de manifestantes evitando así un mayor derramamiento de sangre. Apoyándose en falsas pruebas, más propias de una república bananera, los tribunales dieron la razón al ejército británico y la mismísima reina repartió condecoraciones a los verdugos.

“Domingo sangriento” reproduce una parte de la reciente historia de Irlanda del Norte sirviéndose que actores y actrices prácticamente desconocidos (si exceptuamos a James Nesbitt) que aumentan la sensación de realismo que caracteriza una magnífica película que cuenta algo que nunca más debería suceder.

No puedo creer las noticias de hoy.
No puedo cerrar los ojos y hacer que desaparezcan.
¿Cuánto tiempo,
cuánto tiempo tendremos que cantar esta canción?
¿Cuánto tiempo? Esta noche podemos ser uno… esta noche.
Botellas rotas bajo los pies de los niños.
Una calle sin salida sembrada de cuerpos.
Pero no haré caso de la llamada a la batalla.
Me pone de espaldas, de espaldas
contra la pared.
Domingo, sangriento domingo.
Domingo, sangriento domingo.
Y la batalla no ha hecho más que comenzar.
Hay muchas pérdidas, pero ¿puede alguien
decirme quién ha ganado?
Las trincheras cavadas en nuestros corazones,
y los hijos de las madres, los hermanos, las
hermanas separados.
Domingo, sangriento domingo.
Domingo, sangriento domingo.
¿Cuánto tiempo,
cuánto tiempo tendremos que cantar esta canción?
¿Cuánto tiempo? Esta noche podemos ser uno.
Esta noche, esta noche.
Domingo, sangriento domingo.
Domingo, sangriento domingo.
Seca las lágrimas de tus ojos,
límpiate las lágrimas,
seca tus ojos inyectados en sangre.
Domingo, sangriento domingo.
Domingo, sangriento domingo.
Y es verdad que estamos inmunizados,
cuando los hechos son ficción y la TV es la realidad,
y hoy millones lloran.
Comemos y bebemos, mientras mañana mueren.
La verdadera batalla acaba de comenzar,
para reclamar la victoria que Jesús ganó.
En un domingo, sangriento domingo.
Domingo, sangriento domingo

Sunday Bloody Sunday – U2

 

 

 

Para ver la ficha de la película, pinchad aquí

 

Briony  

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