Su nombre verdadero era William Franklin Beedle, y nació en O´Fallon, en el estado de Illinois, el 17 de abril de 1918.
Su familia tenía negocios en el sector químico (su padre era químico industrial), y cuando el niño tenía tres años, se trasladaron a vivir a Pasadera, en California.
Todo parecía indicar que el joven William seguiría los pasos de su padre, y que llegaría a hacerse cargo del negocio familiar, pero, a pesar de que estudió químicas, pronto se vio que sus inclinaciones no iban dirigidas al mundo empresarial.
En la Universidad, le apasionaban el atletismo y las motos, aficiones que compatibilizaba con sus estudios.
Debutó como actor en el South Pasadena Junior College a los veinte años donde se especializó como actor radiofónico y de ahí pasó al teatro. Decidió posteriormente trasladarse a Nueva York, y allí estudió interpretación, y trabajó en obras teatrales. Allí fue donde lo descubrió un cazatalentos de la Paramount, que valoró su atractivo y su excelente voz.
Su primera aparición en la gran pantalla fue en 1938, en un film titulado “Prison Farm”, de Louis King, en donde su papel era secundario. En “Million Dollar Legs” (1939), de Nick Grinde, también su papel era secundario. Pero no así ocurrió con la siguiente que rodó ese mismo año: “Fruto dorado”, de Robert Mamoulian, en la que se le ofreció el papel protagonista, y en donde encarnaba a un boxeador que sueña con ser violinista. Tenía como compañera a Barbara Stanwyck.
Fue entonces cuando la productora cambio su apellido, al no parecer lo suficiente sonoro el suyo real. Y William Holden comenzó su vida artística… Interrumpida por la II Guerra Mundial.
Rodó varias películas entre 1939 y 1943, pero en ese año fue movilizado, y estuvo sirviendo en el Ejército del Aire durante la contienda, alcanzando el grado de teniente.
Regresó dos años mas tarde a la vida civil, y reemprendió su carrera cinematográfica.
Si en sus primeros papeles había estado encasillado interpretando personajes de los que no se exigía mucho más que un físico atractivo, Holden, en la nueva etapa de su carrera, intentó elegirlos en campos más variados, participando en films de géneros diversos.
Participó hasta el final de la década de los cuarenta en varias películas, y comenzó a ser conocido por el público, pero su verdadero lanzamiento como actor de renombre le llegó en 1950, de la mano de Billy Wilder, al ofrecerle el papel del gigoló-guionista acabado, Joe Gillis, de “El Crepúsculo de los dioses” (Sunset Boulevard), en el que su cuerpo ahogado en la piscina nos cuenta de manera retrospectiva como llegó hasta allí.
En la película daba la réplica a una fantástica Gloria Swanson (de la cual, quien escribe, ha tomado prestado apellido y foto), que interpretaba a una famosa y decadente actriz del cine mudo, y se codeaba con el director-actor Erich von Stroheim.
Consiguió por esta interpretación su primera nominación al Oscar.
Se puede decir que Holden a partir de esta película se asentó como actor y se convirtió en una estrella. Demostró que era capaz de interpretar con credibilidad cualquier personaje que se le encomendara, que no era tan sólo un rostro seductor, y apuntaba a que el registro dramático era en el que se movía con mayor soltura.
De nuevo con Wilder, rodó en el año 1953, “Traidor en el infierno”, y con su papel en este film consiguió el único Oscar de su carrera.
En el año 1954, y también de la mano de Wilder, coprotagoniza “Sabrina”, una refrescante comedia rosa, junto al maduro Humphrey Bogart y una deliciosa Audrey Hepburn. Holden muestra aquí, que también está capacitado para la comedia.
De sus films de finales de los 50, cabe destacar “Picnic” (1956), de Joshua Logan, en donde vive una tórrida historia al lado de Kim Novak, y es muy comentada la escena protagonizada por un semidesnudo Holden.
Otra a destacar sería, “El puente sobre el río Kwai” (1957), la excelente película bélica dirigida por el siempre acertado David Lean.
En la década de los 60 siguió adelante con su carrera profesional, y rodó varios films, pero también se dedicó a actividades comerciales fuera de Hollywood, y creó un club para organizar safaris en Kenia.
En el año 1969 protagonizó uno de los mejores y más violentos westerns de todos los tiempos: “Grupo salvaje”, de Sam Peckinpah.
Durante la década de los 70, hizo cine, pero también participó en alguna película para la televisión.
De sus títulos cinematográficos de aquellos años, quedan películas como “El coloso en llamas” (1974), de John Guillermin e Irwin Allen, «Network», (1976), de Sidney Lumet, en la que compartía cartel con Faye Dunaway y Peter Finch, en una película que tenía como fondo el mundo de la televisión, y que le valió una nueva nominación al Oscar. En esta ocasión, le fue concedido a su compañero Finch, también nominado, y que lo recibió a título póstumo, puesto que había muerto dos meses antes de la entrega de los Oscar.
“Fedora”, del 78, le supuso una nueva colaboración con Wilder (la última para Holden, y el penúltimo film del director), e interpretó a Barry ‘Dutch’ Detweiler, en un agrio drama que vuelve a tocar el tema de la decadencia de actores que fueron famosos en su momento.
S.O.B. (1981), de Blake Edwards, en donde compartía protagonismo con Julie Andrews, fue su última película.
Holden que como actor era controlado y reflexivo a la hora de interpretar a sus personajes para la pantalla, no tuvo el mismo control en su vida privada con respecto al alcohol, que lo fue degradando físicamente, interior y exteriormente.
Estuvo casado con la también actriz, Brenda Marshal, durante treinta años (se divorciaron en 1971), de la que tuvo dos hijos, y adoptó además a la hija habida del primer matrimonio de su mujer. Fueron muy sonados sus romances con las también actrices Capucine y Stephanie Powers.
El día 16 de noviembre de 1981 fue hallado muerto en su lujoso apartamento de Santa Mónica (zona situada cerca de Los Ángeles).
Hacía pocos días que había terminado de rodar su última película, y se había rumoreado que padecía un cáncer. Por ese motivo, el hallazgo de su cadáver dio pié a la especulación, y su muerte se intentó relacionar con un suicidio.
La realidad era mucho más simple. Una rueda de prensa ofrecida por la policía de Los Ángeles, haciendo público el dictamen del forense, aclaró que había sido accidental.
En estado de embriaguez, había tropezado con una alfombra de su dormitorio, y se había golpeado con la esquina de una de las mesitas de noche, produciéndose una brecha importante en la cabeza. Debido al golpe y a la embriaguez, perdió el conocimiento, y se desangró. Lo encontró el gerente del inmueble en donde estaba situado su apartamento, cuatro días más tarde.
Tenía 63 años, y fue un triste final para un actor que había participado en más de sesenta películas.
Para ver su filmografía completa, pinchad aquí
Swanson
#1 por Mr. Lombreeze el 18 julio, 2008 - 14:35
El actor más guapo de la Historia del Cine. Excelente intérprete de filmografía envidiable que para sí quisieran muchos. Jo, Swanson, creo que me estoy enamorando de ti.