Burt Lancaster

Burton Stephen Lancaster, nació en Nueva York el 2 de Noviembre de 1913, siendo uno de los cinco hijos de un humilde cartero y de un ama de casa.

Pasó su infancia en las calles del Harlem Español, y ya desde muy jovencito, desarrolló una gran capacidad física, lo que le fue convirtiendo en un destacado atleta.

En los años treinta abandonó sus estudios en la Universidad de Nueva York, y se unió al circo en el que trabajaba su amigo de la infancia Nick Cravat, donde formaron un dúo acrobático. Se convirtió en un experto trapecista, y ejecutó números que posteriormente le serían de gran ayuda para las secuencias de acción de algunas de sus películas.

Allí conoció y se enamoró de June Ernst, hija del propietario del circo, y que se convertiría en su primera esposa.

Un accidente le decidió a abandonar su trabajo el circo.

Durante su participación en la II Guerra Mundial fue destinado a Europa para luchar en Italia y en norte de África.

Esa estancia en el ejército despertó su interés por la interpretación, y ayudó a organizar y actuó en espectáculos concebidos para el entretenimiento de los soldados.

Acabada la guerra, y licenciado, tenía ya decidido que quería incorporarse al mundo del espectáculo.

Consiguió un papel en una obra teatral de Broadway («El sonido de la caza» (1945), pero no obtuvo el éxito esperado, aunque sirvió para que un cazatalentos de Hollywood (Hal Wallis) se fijara en el y le consiguiera su primer papel cinematográfico en la película “Forajidos” (1946), de Robert Siodmak. Esto fue el principio de una carrera que se prolongó durante cuatro décadas.

Sus primeros papeles estaban más dirigidos al lucimiento de su físico y habilidades como acróbata, que a su capacidad como actor.

Aunque su técnica interpretativa fuera más bien limitada, su atractiva presencia, y sobre todo, su amplia y arrebatadora sonrisa, lo convirtieron en un actor con carisma, que iba siendo solicitado por reconocidos directores.

La década de los cincuenta la comenzó con un título que definitivamente lo lanzaría al estrellato: “El halcón y la flecha”, de Jacques Tourneur (lució en ella todas sus artes acrobáticas, y se metió a los espectadores en el bolsillo) al que le seguirían, “El valle de la venganza” (1951) de Richard Thorpe, y “El temible burlón” (1952), de Robert Siodmak (en algunas de estas películas, figuraba entre el reparto su amigo y antiguo compañero en sus andanzas circenses, Nick Cravat), entre otras, hasta que en 1953 le ofrecieron el papel protagonista en “De aquí a la eternidad”, dirigida por Fred Zinnemann, que le valió su primera nominación al Oscar. En ese film rodó junto a Deborah Kerr, la que durante largo tiempo ha sido considerada como “la escena más erótica del cine”. Y realmente, fue memorable el apasionado beso de ambos, tumbados, a la orilla del mar.

Aunque ya se vislumbraba en él, el deseo de dar un giro a su imagen en la pantalla, siguió rodando durante aquellos años películas de acción, algunas de ellas del género Western. “Apache” y “Veracruz” (con nuestra pionera en Hollywood, Sarita Montiel), de 1954 ambas, y las dos dirigidas por Robert Aldrich, son una muestra, junto con su incursión en la dirección, con “El hombre de Kentucky (1955), que tuvo una buena acogida, y que sigue siendo una película a tener en cuenta dentro del género.

Creó su propia productora en esa década. Se llamó Hetch-Hill-Lancaster, y fue la responsable de la multioscarizada “Marty”, y que dirigió Delbert Mann.

Poco a poco, el giro al que me he referido antes se fue haciendo más patente, y Lancaster puso a prueba su propia capacidad de interpretación, escogiendo papeles más controvertidos y complicados.

Sin basarse en ningún método, como actor autodidacta, el público y la crítica lo aceptaron de buen grado, convirtiéndose así en uno de los grandes actores de su momento, y que en el presente es reconocido como un clásico. Su esfuerzo para dar la talla como actor, nunca le llevó al histrionismo o la sobre interpretación, que tan común es a actores que sí han llegado al cine a través de escuelas. La frescura que se desprendía de Burt Lancaster en la pantalla, y la humanidad con la que dotó a sus personajes es lo que siempre se pudo apreciar y se sigue apreciando en sus películas.

Convertido en un actor reconocido, y también consagrado como estrella cinematográfica, en 1960 consiguió el Oscar al mejor actor, por “El fuego y la palabra”, de Richard Brooks. Sería nominado en dos ocasiones más, aunque no lo consiguiera; por “El hombre de Alcatraz” (1962), de John Frankenheimer y por «Atlantic City» en 1980 del director Louis Malle.

 

Escenas de «El hombre de Alcatraz» con doblaje al español

Si sus personajes en películas como “Duelo de titanes” (1957), de John Sturges, en la coral “Vencedores o vencidos” (1961), de Stanley Kramer, (ofreciendo un magnífico recital interpretativo), o en la mencionada “El hombre de Alcatraz”, (dotando de vida a un entrañable y sensible preso), ya habían dado idea de su valía como actor, en 1963, se enfrentó a un nuevo reto, y esta vez con un film europeo, dirigido por el magistral director Luchino Visconti. En “El gatopardo”, basado en la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Lancaster interpretará a Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, que tras el desembarco de Garibaldi en Sicilia en 1860, asume que el final de la supremacía de la aristocracia está cercano, y que emergerá una nueva clase social: la burguesía, que será la que en Italia marcará las nuevas pautas, y en las que la antigua nobleza ya no tendrá cabida.

Burt Lancaster, aportó al personaje la prestancia y la mesura que requería. En el momento de su estreno, y aún hoy en día, algunos comentaristas cinematográficos, han querido ponerle “pegas” a su personaje. Sin ir más lejos, el que en aquel tiempo ejercía de “Mr. Belvedere”, en nuestra revista nacional especializada “Fotogramas”, criticó el que no “diera el tipo”. Si se refería a que no diera el “tipo de italiano”, hasta puede que pudiéramos darle la razón, pero es tan enorme su interpretación, que en lo que menos te puedes centrar es en si da el tipo latino o no. Por otro lado, años mas tarde vimos a Brando interpretar a Vito Corleone, emigrante italiano en “El Padrino”, y también podíamos poner en tela de juicio su aspecto latino, aunque no su actuación, como en el caso de Lancaster.

Trailer de «El Gatopardo»

La película es un clásico del cine de todos los tiempos, y fiel reflejo del esplendor del cine italiano de los años 60-70.

Volvería a trabajar con Visconti en “Confidencias”, de 1974, y en 1976, lo haría con el también italiano Bernardo Bertolucci, en “Novecento”. Allí, a sus 63 años, interpretaba al patriarca de una antigua familia de terratenientes toscanos, en una película que narra la historia de Italia, desde el inicio del siglo XX, hasta el final de la II Guerra Mundial. Como siempre, dio la talla a la hora de encarnar al personaje.

De Lancaster no se puede constatar ninguna etapa en su vida profesional a la que se le pueda etiquetar de decadente. En activo hasta que la enfermedad no le permitió continuar trabajando, fue ofreciendo en su madurez y ancianidad, un abanico de personajes, a los que siguió aportando la calidad de sus interpretaciones.

Por mencionar algunos títulos de las siguientes décadas: “El tren” (1964), de John Frankenheimer, “Los profesionales” (1966), de Richard Brooks, “El nadador” (1968), de Frank Perry, “La Fortaleza” (1969), de Sydney Pollack, «Aeropuerto» (1970), de George Seaton, «La venganza de Ulzana» (1972), de Robert Aldrich, “Scorpio” (1973), de Michael Miller, «El puente de Cassandra» (1976), de George Pan Cosmatos, “Alerta: Misiles” (1977), de Robert Aldrich, “Clave Omega” (1983), de Sam Peckinpah, “El cuarto poder” (1985), de David Lowell Rich, hasta llegar a sus últimas Películas «Campo de sueños» (1989), de Phil Alden Robinson, o la nueva versión de «El fantasma de la ópera» (1990) de Tony Richardson.

 

Reportaje narrado en inglés con escenas de sus películas y fotografías de su vida

Siempre estuvo interesado en papeles que le exigieran superarse, y en varias ocasiones aceptó colaborar en un film por una remuneración económica muy por debajo de su caché. Si el guión y el director le resultaban de interés, incluso financiaba con su propio dinero esos proyectos.

Produjo también algunas películas del por aquel entonces, incipiente cine independiente, y ayudó a directores como Sydney Pollack o John Frankenheimer a consolidarse en el mundillo cinematográfico.

En capítulos más personales, fue un activo defensor de minorías, apoyando financieramente la creación de grupos liberales. Esto levantó sospechas en los años 50, especulándose sobre su posible militancia comunista, cuando se opuso al “macartismo”.

Años más tarde también se opuso enérgicamente a la Guerra de Vietnam.

Acérrimo defensor de los derechos de los homosexuales, se incorporó a la lucha activa en contra del Sida a partir de 1985, cuando su compañero de profesión y amigo, Rock Hudson desarrolló dicha enfermedad.

Muy celoso de su vida personal, se casó en cuatro ocasiones, y tuvo cinco hijos, fruto de esos matriomonios.

Con su primera esposa, Jane Ernst (ya mencionada anteriormente) tan apenas estuvo casado tres años. En 1946, lo hizo de nuevo con una enfermera llamada Norma Anderson, que le dio cuatro de sus cinco hijos, durando su unión veintitrés años. Su tercer matrimonio fue con su por entonces secretaria, Jackie Boon, y duró diecisiete años. Con la última lo hizo en 1991, y estuvieron juntos hasta la muerte del actor.

En sus últimos años, la salud de Lancaster degeneró, y a causa de graves problemas cardiacos tuvo que someterse a una operación a corazón abierto. Posteriormente, un derrame cerebral lo dejó parcialmente paralítico, atándole durante cuatro años a una silla de ruedas.

Falleció el 20 de octubre de 1994 a consecuecia de un infarto cardiaco.

Para acceder a su filmografía completa, pinchad aquí

Swanson  

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  1. #1 por Karelia el 27 abril, 2008 - 17:13

    Era un actor que me encantaba, con esas acrobacias que hacia en las primeras películas en las que participó. El otro día pude ver un poquito de «Duelo de titanes» y me sigue pareciendo magnífica.

    Un gran post Swanson

  2. #2 por Briony el 24 septiembre, 2008 - 21:35

    Hace unas semanas que le vi en «El Gatopardo» y su interpretación me pareció impresionante.

    Qué miedo dan los críticos…

  3. #3 por JUAN el 26 diciembre, 2008 - 14:21

    ESTOY INTERESADO EN SABER DE UNA PELICULA QUE CREO FUE INTERPRETADA POR BURT LANCASTER Y ANTONI QUINT.- ES DEL OESTE Y EN ELLA HAY UNA ESCENA EN LA CUAL QUINT SE RASCA UNO DE SUS SUCIOS PIES.- ¿PODRIA CON TAN POCOS DATOS CONSEGUIR SI TITULO?.- EN SU DIA ME ENCANTO ESA PELICULA.- GRACIAS

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